¿Iré Por Buen Camino? Salmo 1Muestra

Leemos en el Salmo 1, versículos 1 y 2: “¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del Señor está su deleite, y en su ley medita de día y de noche!“

Queridos, esta es nuestra realidad - Vivimos en una época de influencia- La mercadotecnia influyente, o más comúnmente llamada marketing de influencers, ha hecho que todo lo que necesitemos en este mundo se mueva baja la influencia de algún tipo de personalidad. Para mucha gente, los modelos a imitar han llegado a ser las celebridades del mundo, las estrellas de cine, del deporte y los ídolos populares. Hasta el punto de que hemos llegado a proyectamos a nosotros mismos en la sombra de la vida de nuestros ídolos. ¡Sus éxitos y sus fracasos los asumimos como nuestros!

Estamos tan sumergidos en una cultura de influencia, que dondequiera que vayamos, o con quien quiera que hablemos, cada persona tiene un consejo para darnos; bien sea que lo pidamos o no. Muy a menudo encontramos personas que nos dicen qué debemos comer, cómo debemos vestir y hasta cómo debemos pensar.

Ahora, al acercarnos al Salmo 1, vemos que el Señor nos alerta sobre la influencia sutil, progresiva y negativa, que surge de buscar, oír y aceptar el consejo de aquellos que tienen una cosmovisión de vida contraria a la de Dios. Lo que yo tiendo querido amigo, es que Dios por gracia quiere que seamos conscientes de que somos personas bajo influencia.

Si buscas por internet la definición de influencia, encontraras que es El Poder que tiene una persona o cosa para determinar o alterar la forma de pensar o de actuar de alguien. En otras palabras, influencia es poder, autoridad, dominio, control.

Es por esto, por lo que Dios es tan radical en catalogar como impíos, incrédulos, fatuos y necios, a aquellas personas que obstinadamente deciden vivir un vida pecaminosa y de paso, quieren ser influencia para otros. Por otro lado, hay tres palabras que revelan cuán profundamente logramos tú y yo, estar comprometidos con este tipo de personas y con su cosmovisión respecto a la vida.

Veamos, aquellos que siguen el consejo de los incrédulos, aquellos que se detienen en el camino de los pecadores, y aquellos que comparten o se sientan en la silla de los que se burlan u ofenden a los del camino del Señor.

Yo soy un convencido de que día a día la tierra se va llenando del conocimiento del Señor; así como las aguas cubren el mar, tal como lo profetizó Habacuc. Lo cual indica que hay personas que ya conocen las buenas nuevas del Señor, y alguna verdad de Dios ha impactado de forma significativa sus vidas, y hasta han experimentado la gracia del Señor. Por alguna razón su compromiso de vida es hacia una persona, una visión del mundo que cuestiona o contradice las eternas verdades de Dios. Y hasta hacen esfuerzos significativos por detenerse en su diario vivir para escuchar y ser influidos por este tipo de filosofías o personalidades.

La pregunta es ¿Qué es lo que Dios espera de nosotros frente a este tipo de compromisos? o, en otras palabras, ¿Cuál es la dirección o acción correcta que debemos tomar? La respuesta nos la da una vez más las escrituras en Deuteronomio 30:19 donde leemos:

“Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes.”

Tan sencillo como esto…. Debes tomar la decisión correcta elegir el buen camino de la bienaventuranza. No cavilar más entre dos pensamientos….

La elección de andar, detenerse y sentarse son asuntos de la voluntad. Por tanto, decide ser influenciado por la Palabra del Señor, en lugar de este tipo de influencers, que de alguna manera son – negativos- o perjudiciales para tu vida espiritual.

Decide someter tu mente constantemente a la verdad de Dios, con el fin de deleitarte en su conocimiento, sus propósitos y sus caminos. Esfuérzate por hacer de las Escrituras tu mayor punto de referencia, y que la gracia del Señor sea para ti, tu mejor consejero. Que los dichos de los proverbios sean tu mejor amigo. Y los grandes héroes de la fe, registrados en las escrituras, sean los influencers que desees seguir.

¡Medita en esto!