Adviento en familia de Infinitum: Semana 1Muestra

¿Recuerdas la parte de la historia, El Grinch que se robó la Navidad, cuando el corazón del Grinch "creció tres tamaños ese día"?

Para muchos de nosotros, es el momento favorito de la película. Se quedó allí con sus pies de Grinch atrapados en la nieve y luego esperó. ¿Para qué? Para ver qué pasaría cuando la Villa Quién se diera cuenta de que les habían llevado sus paquetes, cajas y bolsas.

Pero una canción ascendiendo la montaña, en lugar del anticipado llanto. La canción de la Villa Quién le llegó…con una belleza inesperada.

No era que la canción era hermosa debido al sonido o incluso a las palabras. Quiero decir, ¿quién sabe realmente lo que significa "Dahoo Dores"? No, sus canciones eran hermosas porque surgieron de algo que no se podía empaquetar en una caja. Algo eterno.

Fue entonces cuando el Grinch tuvo su epifanía: "Tal vez la Navidad no viene de una tienda … tal vez la Navidad es un poco más". El Grinch tuvo un encuentro con la belleza, y su corazón se expandió tres tamaños para absorberlo…porque eso es lo que hace la belleza.

Como dice John O'Donohue: "La maravilla de lo Bello es su capacidad para sorprendernos con gracia rápida y pura, es como un aliento divino que abre el corazón".

El Grinch tenia el corazón abierto de par en par por la belleza. Su objetivo es expandir nuestras almas para asimilar el amor eterno, infinito y lujoso de Dios.

Lo sabemos en el fondo, ¿no? Cuando contemplamos la belleza de la puesta de sol, un niño o Dios mismo, nos volvemos un poco más grandes por dentro. Permitimos que algo entre en nosotros, ya que también nos hemos abierto a ella.

Necesitamos momentos como este, que abren nuestros corazones por entero para acomodar la grandeza del amor divino.

Porque según 2 Corintios 3:18, hay algo que sucede cuando nos abrimos a la belleza. Cuando vemos la gloria del Señor … somos transformados en la misma imagen.

Como sugiere William Blake: "Nos convertimos en lo que contemplamos".

Si Dios es verdaderamente el Bello, la fuente de dónde emana toda belleza, entonces, al contemplarle, llegamos a ser como Él. Él nos moldea en Su abrazo divino para parecernos más a la imagen de Su hijo.

¿Cómo sería "ver la Gloria del Señor" esta semana al contemplar la belleza? Considera meditar en la belleza de Cristo en una pintura o en tu imaginación.

Al contemplarlo, pregúntale: "Señor, ¿cómo quieres transformarme en este momento para parecerme más a Ti?"

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