Estar quieto: La perseverancia escondida

La cultura del anuncio es real.

Vivimos en un mundo en el que existe la presión de ser vistos; vemos los mejores momentos de otras personas y nos sentimos obligados a anunciar nuestra propia versión, cuidadosamente construida, de nosotros mismos.

Uno de los elementos imprescindibles para pasar un tiempo devocional tranquilo es que se haga en lo secreto. Es algo escondido.

En 1 de Reyes 17, Elías se presenta en un lugar destacado, en la corte del rey Acab, donde proclama una palabra de Dios que tendrá un profundo impacto en la nación, diciendo: “No habrá rocío ni lluvia en los próximos años, hasta que yo lo ordene”.

Eso sí que es un anuncio.

En el versículo siguiente Dios le dice a Elías: «Sal de aquí hacia el oriente, y escóndete». Elías pasa rápidamente de un lugar destacado a un lugar oculto.

¡Escóndete!

En lo oculto, Elías recibe una provisión inusual de Dios, escondido en un lugar inaccesible cerca de un pequeño arroyo, es alimentado por cuervos todos los días.

Esto estaba fuera de su zona de confort. Está a un mundo de distancia del palacio real; es un lugar solitario, en el que depende totalmente de Dios para alimentarse y reconfortarse. Al cabo de un tiempo, el arroyo se seca y Elías se adentra en territorio enemigo, donde una viuda le alimenta milagrosamente. Esto supuso otro reto para Elías.

Que un hombre de Dios pida ayuda a una viuda, que a su vez dependía de la caridad, era culturalmente tabú y extremadamente humillante. Sin embargo, es en ese momento de humildad cuando Dios actúa milagrosamente; proporciona un suministro ilimitado de harina y aceite para que Elías y la familia de la viuda puedan vivir.

Tres años después de que Dios le ordenara a Elías que se escondiera, Dios le dice: «Ve y preséntate». (1 Reyes 18:1). Elías vuelve y anuncia que va a llover.

Imagínate lo frustrante que debió ser a veces la espera.

En una cultura que parece valorar el protagonismo, la celebridad, el reconocimiento y la afirmación pública, ¿en qué medida nos enfrentamos a la idea de ocultarnos?

Es en lo oculto donde aprendemos sobre Dios, donde nos volvemos dependientes, donde somos reconfortados y alimentados por Él, donde empezamos a confiar en que Él sabe lo que hace, donde las lecciones que aprendemos son únicas para nosotros y a veces esto significa que somos alimentados por cuervos y cuidados por viudas. Lo que ocurre en privado es lo que nos prepara para los momentos en que somos visibles.

En lo oculto también aprendemos a perseverar: 1 de Reyes 17 es un capítulo que abarca 3 años: un período prolongado en lo oculto.

Romanos 12:2 nos instruye: “No os conforméis a este mundo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento”.

Si vamos a mantener un ritmo en el que tenemos un tiempo devocional diario y no nos conformarnos con los patrones de este mundo, debemos entender que uno de los motores de nuestra cultura es la inmediatez.

Tenemos que aprender el arte de la perseverancia en esta cultura de la inmediatez.

Escribe una lista hoy, ponla en tu Biblia o en algún sitio en el que mires con frecuencia. Comprométete a orar de forma regular y consistente por las personas y las situaciones de la lista, incluso si la respuesta tarda años en llegar.