Ser generoso: Con o sin dineroMuestra

Generosidad ilimitada

Dios es generoso y nos invita a seguir su ejemplo. En los últimos días, hemos reiniciado nuestra forma de pensar acerca de la generosidad. Hemos visto cómo Dios da y hemos aprendido a ser generosos con todo lo que tenemos. Pero hay un ingrediente final que debemos discutir, lo que nos lleva a una pregunta un poco incómoda.

¿A quién debo dar? Es importante con quién eres generoso. En Mateo 5, Jesús dice que Dios da la lluvia y la luz del sol tanto a los buenos como a los malos. En otras palabras, Dios es generoso con las personas que lo siguen y las que no. Dios no limita su generosidad, ¡y nos invita a nosotros a hacer lo mismo!

A menudo, dejamos que la sabiduría humana se interponga en el camino de la generosidad ilimitada de Dios. Dios no permite que lo detengan preguntas como: “¿Se lo merecen?” o “¿Cómo usarán mi regalo?”.

Entonces, si realmente queremos ser personas generosas debemos imitar la generosidad ilimitada de Dios. Empezamos pidiéndole a Dios que nos ayude a dejar de lado los pensamientos que nos impiden ayudar a otros. A partir de ahí, hacemos todo lo posible para reflejar la generosidad de Dios hacia cualquier persona.

Puedes ser generoso. Cualquiera puede ser generoso, independientemente de sus ingresos. Así que no esperes. ¡Encuentra a quién ayudarás hoy! No dejes que nada te impida vivir generosamente siguiendo a Jesús.

Ora: Dios, ayúdame a vivir generosamente con lo que me has dado. En el nombre de Jesús, amén.

Desafío: Ayuda a alguien hoy. Recuerda, la generosidad no tiene por qué ser complicada.

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