Las Buenas Dádivas De DiosMuestra

El Padre de dádivas

“Toda buena dádiva y todo don perfecto descienden de lo alto, donde está el Padre que creó las lumbreras celestes, y que no cambia como los astros ni se mueve como las sombras” Santiago 1:17

Definitivamente Dios es el Padre perfecto, su corazón está lleno de bondad y amor infinito para con sus hijos y todas sus criaturas. Aprender a recibir y vivir el amor de Dios a través de sus dádivas o regalos sin que tengamos que hacer “algo para merecerlo”, no solo afirma el deseo de su corazón de ser conocido como Padre, sino que de paso afecta de forma positiva la percepción de nuestra realidad en la cual vivimos, nos movemos y existimos ¡Somos los deseados de Abba Padre!

Es posible que los regalos que recibas de tu Padre Celestial no se vean como los regalos que recibiste en la Navidad pasada, pero puedo asegurarte que si provienen de Dios, serán exactamente lo que necesites para este tiempo en su perfecto plan de redención para ti.

Antes de entender de qué forma Él quiere bendecir tu vida en esta temporada, es importante que le pidas en oración al Espíritu Santo que te dé la capacidad de discernir todas las formas en las que tu Padre Celestial está obrando en tu vida para tu bien (Ef. 3:14-21).

Los dones de Dios son de lejos, más maravillosos y preciosos que cualquier bien terrenal. Solo Él puede darte cada día un hermoso amanecer, porque sabe que anhelas contemplar la belleza de su creación. Te da el regalo de su compañía, porque sabe que necesitas paz para enfrentar tu jornada diaria. Te da el regalo de contar con personas que te amen, porque sabe que no estás hecho para vivir solo. Él provee tus finanzas porque se preocupa por todo lo que necesitas y desea usarte para bendecir a otros.

Tal vez hoy, sea el día indicado para recibir de Jesucristo el maravilloso regalo de llamar al Creador del Universo, al Dios Todopoderoso, al Rey de Reyes y Señor de Señores, de forma íntima y liberadora ¡Abba, Papito, Papá! (Jn.1:12).

Recuerda, el mayor don que alguna vez puedas recibir de parte de Jesucristo por los méritos de su gracia es experimentar a Dios como Padre y que al final puedas decir en libertad: ”Amado Dios y Padre Celestial, gracias por amarme como tu hijo, sin importar cuál es mi condición y gracias porque hoy sé qué harás una obra maravillosa en mí”.

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