Quédate quieto: una guía sencilla para tiempos de reposoMuestra

Quédate quieto: en el mundo ¡A menudo se dice que cuando envejecemos, empezamos a parecernos más a nuestros padres! Igualmente, la relación que tenemos con Dios en nuestro tiempo de reposo, en nuestro lugar tranquilo, va a impactar la forma en la que vivimos nuestra vida. En otras palabras, lo que sucede en el jardín no debería quedarse en el jardín; sino que debería reflejarse en nuestra vida. Cuanto más tiempo pasamos con Dios, más nos parecemos a Él; de algún modo nos convertimos en Su reflejo. En momentos de reposo, inhalamos a Dios; nos conectamos con lo divino. Permitimos que Su corazón toque el nuestro y nos sintonizamos con Él. A medida que nos alineamos con el corazón y los deseos de Dios en el tiempo de silencio, Él amplía nuestro enfoque más allá de nosotros mismos y de los que están más directamente conectados con nosotros. Después de haber inhalado, debemos exhalar. Piensa en el instinto natural: no podemos inhalar continuamente sin exhalar. ¡Estamos sanos y vivos cuando hacemos ambas cosas! Bob Pierce, fundador de World Vision, dijo una vez: “Señor, quebranta mi corazón con lo que quebranta el tuyo”. Cuando nos conectamos de verdad con el corazón de Dios en nuestros momentos de quietud, Él quebranta nuestros corazones por su mundo. Cuando Dios toca nuestro corazon, Él nos guía hacia personas o situaciones que difícilmente hubiéramos concebido solos. La comisión dada a los discípulos en Mateo 28 fue ir y hacer más discípulos. Sin embargo, lo primero que hicieron después de que Jesús ascendió al cielo fue ir a una habitación apartada y orar. El Espíritu de Dios vino poderosamente sobre ellos y los impulsó ​​fuera del aposento secreto, fuera del lugar tranquilo, hacia la multitud donde proclamaron las buenas nuevas de Jesús. La iglesia nació ese día. Esto se convirtió en algo regular; No oraron y encontraron al Espíritu Santo una vez sino que esto sucedió repetidamente. Esta es la misión, compartir el amor que hemos encontrado. Un desbordamiento natural del tiempo de reposo sería tratar de hacer más discípulos; ¡Este amor que experimentamos es demasiado grande como para no compartirlo! Esto es emocionante y desalentador a la vez; a veces podríamos querer quedarnos en nuestro jardín, disfrutando cómodamente de la presencia de Jesús, siendo su discípulo, aprendiendo de él. La oración es oración; no es combustible para la misión ni siquiera una estrategia para la misión. Pero es siempre el origen de la misión. ¿Cómo puedes compartir el amor de Cristo hoy? ¿Cómo puedes reflejar a tu Padre celestial ante los demás? Compra una copia de Be Still de Brian Heasley, aquí .