Lucha Y Triunfo: Qué Dice Dios Que Tenemos en CristoMuestra

En Cristo, tenemos una herencia eterna

"El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados." Romanos 8:16-17

En las Olimpiadas del año 2000 en Sydney, el cuarteto femenino americano de 4x100m defendía el oro y eran las grandes favoritas de nuevo. Pero fallaron en un relevo y terminaron terceras.

Preparadas para reclamar su status como el mejor equipo en los Juegos de Atenas 2004, volasron por la linea 1 machacando el tiempo del primer equipo en los anteriores juegos. Pero fueron descalificadas por una entrega de relevo fuera del área.

La redención volvió a serles esquiva en los Juegos de Beijing en 2008 donde la caida de un testigo les apartó de incluso competir por una medalla por primera vez en 48 años.

¡Cuan importante es delegar, entregar algo correctamente! Una herencia es como el testigo en una carrera de relevos. Cada generación corre tan rápido como puede y cuando llega la hora, le pasa el testigo a la siguiente. A veces el testigo está representado por dinero y bienes materiales. A veces representa mucho más.

Pablo describió la entrega de una herencioa espiritual a Timoteo, "Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente" (2 Timoteo 2:5).

Cuando Cristo toma el control de nuestras vidas, recibimos el "testigo" de la fe. Con él participamos en Sus sufrimientos y aceptamos la herencia eterna que ha sido "pasada" a través de las generaciones.

Y ahora que corremos para Él, buscamos "entregarle el testigo" al siguiente corredor. Como hizo el equipo femenino USA cuando finalmente reclamaron su lugar en lo alto del podio en Londres 2012, en el que establecieron un record de 40:84 que sigue vigente hoy.

Pablo nos recuerda que las recompensas de este mundo son temporales, pero nuestra herencia, nuestro "premio" durará para siempre. "¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, r pero nosotros, una incorruptible" (1 Corintios 9:24-25).

Aplicando: Acepta la corona. Recibe la herencia, ¡y pasa el testigo!