El poder extraordinario de la alabanza: un devocional de 5 días del libro de los SalmosMuestra

Alabar a Dios te permite desahogar tus frustraciones

Hubo una temporada muy oscura en mi vida. El cáncer me había dejado completamente exhausto. Me preguntaba: “¿Es auténtico alabar a Dios cuando me siento así de terrible?” O sea, difícilmente me sentía como para brincar de aquí para allá gritando: “¡Aleluya, tengo cáncer!”. Estudiando el libro de los Salmos, descubrí que muchos de ellos fueron lamentaciones. Una oración de lamentación es una oración que está llena de preguntas, frustraciones y dudas. Lo que descubrí acerca de los salmistas es que ellos no se contenían ante Dios. Cuando estaban frustrados, expresaban sus sentimientos. A menudo su adoración fue su queja (Salmos 42:3). En otras ocasiones ellos desahogaban todo su enojo ante el Señor. Por ejemplo, en un punto de su vida, David se sintió tan frustrado que en el Salmo 58:6 RVR1960 él oró: “Oh Dios, quiebra sus dientes en sus bocas”. Recuerdo que cuando leí por primera vez esas palabras, pensé, ¿tenemos permitido orar de esa forma.?”

Dios desea tu adoración honesta. Si estás frustrado, enojado o solamente triste, te invita a llevar esos sentimientos hacia Él. Suelta todo delante de Él. Entonces, sigue el ejemplo de los salmistas. Cambia tu enfoque para alabar. Dios promete estar cerca del corazón quebrantado y salvar a esos que están contristados (Salmos 34:18). Alaba y adora al Dios que cumple Sus promesas.

Selah – Pausa y reflexión:
¿Sientes que para ser un buen cristiano tienes que estar feliz en todo momento? ¿Cómo te encontró Dios en el apogeo de tu sufrimiento?

Oración de alabanza: Señor Jesús, te alabo porque cuando caminaste en esta tierra, fuiste varón de dolores y experimentado en quebranto (Isaías 53:3). Gracias porque ves cada lágrima que derramo y escuchas cada palabra enojada que murmuro. Te alabo porque me invitas a ser sincero contigo en todos mis sentimientos. Gracias porque al derramar mi sufrimiento en adoración delante de Ti, sanas mi corazón quebrantado. Te alabo, Señor, porque como un amoroso y compasivo padre me consuelas. Gracias por estar cerca cuando lloro. ¡Te alabo como el Dios de toda compasión!

Salmo 34:18 RVR1960: "Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu".