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<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkEXO">
 <div class="chapter ch9" data-usfm="EXO.9">
 <div class="label">9</div><div class="s1">Quinta plaga: peste del ganado</div><div class="p"> 1El Se&#241;or dijo a Mois&#233;s:</div><div class="p">&#8212;Pres&#233;ntate ante el fara&#243;n y dile: &#171;Esto dice el Se&#241;or, Dios de los hebreos: Deja salir a mi pueblo para que me rinda culto. 2Si te resistes a dejarlo salir y contin&#250;as reteni&#233;ndolo por la fuerza, 3el poder divino da&#241;ar&#225; el ganado de tus campos: caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas. Habr&#225; una epidemia terrible&#187;. 4Pero el Se&#241;or har&#225; distinci&#243;n entre el ganado de los israelitas y el de los egipcios: ninguna res israelita perecer&#225;.</div><div class="p"> 5El Se&#241;or fij&#243; un plazo diciendo:</div><div class="p">&#8212;Ma&#241;ana llevar&#233; a cabo esta amenaza contra Egipto.</div><div class="p"> 6Y, en efecto, al d&#237;a siguiente, el Se&#241;or cumpli&#243; su palabra: muri&#243; todo el ganado de los egipcios, pero del ganado de los israelitas no muri&#243; ni un solo animal. 7Cuando el fara&#243;n mand&#243; evaluar los da&#241;os, comprob&#243; que del ganado de los israelitas no hab&#237;a muerto ni un solo animal. A pesar de ello, el fara&#243;n sigui&#243; mostr&#225;ndose intransigente y no permiti&#243; salir al pueblo.</div><div class="s1">Sexta plaga: las llagas</div><div class="p"> 8El Se&#241;or dijo a Mois&#233;s y Aar&#243;n:</div><div class="p">&#8212;Tomad ceniza de horno, y que Mois&#233;s la esparza por el aire en presencia del fara&#243;n. 9La ceniza se extender&#225; por todo el pa&#237;s como una polvareda y en todo Egipto producir&#225; &#250;lceras purulentas en personas y animales.</div><div class="p"> 10Recogieron ceniza de horno, la esparci&#243; Mois&#233;s por el aire en presencia del fara&#243;n y tanto personas como animales se cubrieron de llagas purulentas.#Ap 16,2. 11Los magos no pudieron enfrentarse a Mois&#233;s porque les hab&#237;an salido llagas al igual que a todos los egipcios. 12Pero el Se&#241;or hizo que el fara&#243;n se mantuviera intransigente, sin hacer caso a Mois&#233;s y Aar&#243;n, como ya hab&#237;a predicho el Se&#241;or a Mois&#233;s.</div><div class="s1">S&#233;ptima plaga: el granizo</div><div class="p"> 13El Se&#241;or dijo a Mois&#233;s:</div><div class="p">&#8212;Ma&#241;ana, bien temprano, pres&#233;ntate ante el fara&#243;n y dile: &#171;Esto dice el Se&#241;or, Dios de los hebreos: Deja que mi pueblo salga a rendirme culto, 14porque si no, voy a desencadenar esta vez sobre ti, sobre tus cortesanos y sobre todo tu pueblo, todas mis plagas. De este modo aprender&#225;s que no hay nadie que se me parezca en toda la tierra. 15Yo podr&#237;a haber usado mi poder para herirte a ti y a los tuyos con la peste, y habr&#237;ais desaparecido de la tierra; 16pero te he preservado la vida para mostrarte mi poder y para que todo el mundo me conozca 17&#191;Y todav&#237;a te resistes a dejar salir a mi pueblo? 18&#161;Pues mira! Ma&#241;ana a esta hora har&#233; caer una granizada tan recia, como no se vio nunca en Egipto, desde su fundaci&#243;n hasta hoy. 19As&#237; que pon a resguardo tu ganado y cuanto tienes en el campo, porque la persona o animal que quede fuera sin ponerse a resguardo, ser&#225; v&#237;ctima de la granizada que le caer&#225; encima&#187;.</div><div class="p"> 20Los cortesanos del fara&#243;n que tomaron en serio la amenaza del Se&#241;or, resguardaron bajo techo a sus siervos y al ganado; 21pero hubo otros que no dieron cr&#233;dito a la amenaza y dejaron a sus siervos y ganados en el campo.</div><div class="p"> 22Y el Se&#241;or dijo a Mois&#233;s:</div><div class="p">&#8212;Alza tu mano hacia el cielo, para que caiga granizo por todo el pa&#237;s de Egipto, sobre personas, animales y sobre los campos sembrados. 23Mois&#233;s alz&#243; su vara hacia el cielo, y el Se&#241;or desat&#243; una tormenta con truenos y granizo. Cayeron rayos sobre la tierra, y el Se&#241;or hizo que granizara en todo Egipto. 24Ca&#237;an los granizos y rayos mezclados con el granizo. Desde la fundaci&#243;n de Egipto no se vio jam&#225;s una granizada tan violenta.#Ap 8,7; 16,21. 25Aquel granizo destroz&#243; en todo el pa&#237;s de Egipto cuanto se encontraba en el campo &#8212;personas y animales&#8212;, machac&#243; toda la vegetaci&#243;n y tronch&#243; los &#225;rboles. 26&#218;nicamente el territorio de Gosen, donde viv&#237;an los israelitas, se libr&#243; del granizo.</div><div class="p"> 27Entonces el fara&#243;n mand&#243; llamar a Mois&#233;s y Aar&#243;n para decirles:</div><div class="p">&#8212;Reconozco que esta vez he pecado. La culpa es m&#237;a y de mi pueblo, no del Se&#241;or que es justo. 28Suplicad al Se&#241;or que cesen los potentes truenos y el granizo y no os retendr&#233; m&#225;s. Esta vez os dejar&#233; salir.</div><div class="p"> 29Mois&#233;s le respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;En cuanto salga de la ciudad, alzar&#233; mis manos al Se&#241;or; los truenos y el granizo cesar&#225;n; as&#237; reconocer&#225;s que la tierra es del Se&#241;or. 30Pero bien s&#233; que ni t&#250; ni tus cortesanos tem&#233;is todav&#237;a a Dios, el Se&#241;or.</div><div class="p"> 31La cosecha de lino y cebada se perdi&#243;, pues la cebada estaba ya espigada y el lino en flor. 32En cambio, al trigo y al centeno no les afect&#243; porque brotan m&#225;s tarde.</div><div class="p"> 33Sali&#243; Mois&#233;s de la presencia del fara&#243;n y, una vez fuera de la ciudad, alz&#243; sus manos al Se&#241;or. El granizo y los truenos cesaron, y escamp&#243;. 34En cuanto el fara&#243;n vio que hab&#237;an cesado la lluvia, el granizo y los truenos, volvi&#243; a pecar. No solo &#233;l, sino tambi&#233;n sus cortesanos se volvieron intransigentes. 35El fara&#243;n se obstin&#243; en no dejar salir a los israelitas, como el Se&#241;or ya hab&#237;a predicho por medio de Mois&#233;s.</div>
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<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkEXO">
 <div class="chapter ch10" data-usfm="EXO.10">
 <div class="label">10</div><div class="s1">Octava plaga: las langostas</div><div class="p"> 1El Se&#241;or dijo a Mois&#233;s:</div><div class="p">&#8212;Pres&#233;ntate ante el fara&#243;n, porque yo soy el que ha hecho que tanto &#233;l como sus cortesanos se muestren intransigentes, a fin de que se pongan de manifiesto en medio de ellos mis prodigios. 2As&#237; podr&#225;s contar a tus hijos y a tus nietos c&#243;mo castigu&#233; a Egipto y qu&#233; prodigios realic&#233; entre ellos; y reconocer&#233;is que yo soy el Se&#241;or.</div><div class="p"> 3Mois&#233;s y Aar&#243;n se presentaron ante el fara&#243;n y le dijeron:</div><div class="p">&#8212;Esto dice el Se&#241;or, Dios de los hebreos: &#191;Hasta cu&#225;ndo te negar&#225;s a humillarte ante m&#237; y a dejar salir a mi pueblo para que me rinda culto? 4Si te niegas a dejarlo salir, ma&#241;ana mismo voy a hacer que una plaga de langosta invada tu pa&#237;s.#Jl 1,4. 5Cubrir&#225;n tu pa&#237;s de tal manera que no se podr&#225; ver el suelo, devorando el resto de la cosecha que se salv&#243; del granizo junto con todos los &#225;rboles que crecen en vuestros campos. 6Llenar&#225;n tus palacios, las casas de tus cortesanos y las del resto de los egipcios. &#161;Ser&#225; algo como nunca vieron tus padres ni tus abuelos desde que aparecieron sobre la tierra hasta el presente!</div><div class="p">Dicho esto, Mois&#233;s dio media vuelta y sali&#243; de la presencia del fara&#243;n. 7Los cortesanos del fara&#243;n le dijeron:</div><div class="p">&#8212;&#191;Hasta cu&#225;ndo va a ser este hombre nuestra ruina? Deja marchar a esa gente y que rindan culto al Se&#241;or, su Dios.</div><div class="p"> 8Entonces hicieron volver a Mois&#233;s y Aar&#243;n ante el fara&#243;n, el cual les dijo:</div><div class="p">&#8212;Id y rendid culto al Se&#241;or vuestro Dios. Pero &#191;qui&#233;nes son los que van a ir?</div><div class="p"> 9Mois&#233;s respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;Para celebrar la fiesta en honor del Se&#241;or, hemos de ir con nuestros ni&#241;os y ancianos, con nuestros hijos e hijas, con nuestras ovejas y vacas.</div><div class="p"> 10El fara&#243;n les replic&#243; diciendo:</div><div class="p">&#8212;&#161;Est&#225;is muy equivocados si pens&#225;is que voy a dejar que os march&#233;is con vuestros ni&#241;os! &#161;Algo est&#225;is tramando! 11No ir&#233;is como dec&#237;s; solo ir&#233;is los varones adultos a rendir culto al Se&#241;or, ya que eso es lo que hab&#233;is pedido.</div><div class="p">Acto seguido, los echaron de la presencia del fara&#243;n.</div><div class="p"> 12El Se&#241;or dijo a Mois&#233;s:</div><div class="p">&#8212;Extiende tu mano sobre Egipto, para que venga sobre el pa&#237;s una plaga de langostas y devore la vegetaci&#243;n que no destruy&#243; el granizo.#Ap 9,2-3.</div><div class="p"> 13Mois&#233;s extendi&#243; su vara, apuntando hacia Egipto, y el Se&#241;or hizo soplar sobre el pa&#237;s el viento del este, desde la ma&#241;ana hasta la noche. Al amanecer, el viento del este hab&#237;a tra&#237;do una plaga de langostas 14que invadi&#243; todo el pa&#237;s, hasta el &#250;ltimo rinc&#243;n. &#161;Nunca antes se hab&#237;a visto tal cantidad de langostas, ni se vio despu&#233;s algo parecido! 15Las langostas cubrieron el pa&#237;s de tal modo que se oscureci&#243; su superficie; devoraron todas las plantas del pa&#237;s y todos los frutos de los &#225;rboles que se hab&#237;an salvado del granizo. No dejaron nada verde en ning&#250;n lugar de Egipto: ni en el campo, ni en los &#225;rboles.</div><div class="p"> 16El fara&#243;n mand&#243; llamar urgentemente a Mois&#233;s y Aar&#243;n para decirles:</div><div class="p">&#8212;Reconozco que he pecado contra el Se&#241;or, vuestro Dios, y contra vosotros. 17Os ruego que de nuevo me perdon&#233;is y que rogu&#233;is al Se&#241;or, vuestro Dios, que aleje de aqu&#237; este desastroso castigo.</div><div class="p"> 18Mois&#233;s sali&#243; de su presencia y or&#243; al Se&#241;or. 19El Se&#241;or cambi&#243; la direcci&#243;n del viento, y un viento fuerte del oeste barri&#243; las langostas y las arroj&#243; al mar de las Ca&#241;as. No qued&#243; en todo Egipto una sola langosta. 20Pero el Se&#241;or mantuvo al fara&#243;n en su postura intransigente y no dej&#243; salir a los israelitas.</div><div class="s1">Novena plaga: las tinieblas</div><div class="p"> 21El Se&#241;or dijo a Mois&#233;s:</div><div class="p">&#8212;Alza tu mano hacia el cielo, para que aparezcan sobre todo Egipto unas tinieblas tan densas que se puedan palpar.</div><div class="p"> 22Mois&#233;s as&#237; lo hizo, y se cerni&#243; sobre Egipto una espesa tiniebla que dur&#243; tres d&#237;as.#7,17; Sal 105,28; Ap 16,10. 23Durante ese tiempo nadie pudo moverse, pues no se ve&#237;an unos a otros; pero s&#237; hubo luz donde viv&#237;an los israelitas. 24Una vez m&#225;s el fara&#243;n mand&#243; llamar a Mois&#233;s y le dijo:</div><div class="p">&#8212;Id con vuestros hijos a rendir culto al Se&#241;or, vuestro Dios, pero dejad aqu&#237; vuestras ovejas y vacas.</div><div class="p"> 25Mois&#233;s respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;Tienes que dejarnos llevar tambi&#233;n las v&#237;ctimas para los sacrificios y holocaustos en honor del Se&#241;or, nuestro Dios; 26tambi&#233;n nuestro ganado ha de venir con nosotros. No dejaremos aqu&#237; ni una sola res, porque debemos rendir culto al Se&#241;or, nuestro Dios, con las cosas que nos pertenecen; y hasta que no lleguemos all&#237;, no sabremos qu&#233; es lo adecuado para rendirle culto.</div><div class="p"> 27El Se&#241;or hizo que el fara&#243;n se mantuviera intransigente y que no los dejara salir. 28Dijo adem&#225;s el fara&#243;n a Mois&#233;s:</div><div class="p">&#8212;&#161;Fuera de aqu&#237;! Y no vuelvas nunca m&#225;s a presentarte ante m&#237;, pues el d&#237;a en que aparezcas nuevamente por aqu&#237;, morir&#225;s.</div><div class="p"> 29A lo que Mois&#233;s respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;Ser&#225; como dices, no me ver&#225;s nunca m&#225;s.</div>
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<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkMAT">
 <div class="chapter ch4" data-usfm="MAT.4">
 <div class="label">4</div><div class="s1">Jes&#250;s puesto a prueba en el desierto</div><div class="r">(Mc 1,12-13; Lc 4,1-13)</div><div class="p"> 1Despu&#233;s de esto, el Esp&#237;ritu llev&#243; a Jes&#250;s al desierto para que el diablo lo pusiera a prueba. 2Jes&#250;s ayun&#243; cuarenta d&#237;as y cuarenta noches, y al final sinti&#243; hambre.#ver (adem&#225;s de los textos del AT citados en la nota anterior) Hch 1,3; 4,22; 7,23; 13,18; Heb 3,9.17. 3Entonces se le acerc&#243; el diablo y le dijo:</div><div class="p">&#8212;Si de veras eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.</div><div class="p"> 4Jes&#250;s le contest&#243;:</div><div class="p">&#8212;Las Escrituras dicen: No solo de pan vivir&#225; el hombre, sino de toda palabra pronunciada por Dios.#Dt 8,3 (seg&#250;n la versi&#243;n griega de los LXX).</div><div class="p"> 5El diablo lo llev&#243; luego a la ciudad santa, lo subi&#243; al alero del Templo#Ne 11,1; Is 52,1; Ap 11,2; 21,2.10. 6y le dijo:</div><div class="p">&#8212;Si de veras eres Hijo de Dios, t&#237;rate abajo, porque dicen las Escrituras: Dios ordenar&#225; a sus &#225;ngeles que cuiden de ti y te tomen en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra.#Sal 91,11-12 (seg&#250;n la versi&#243;n griega de los LXX).</div><div class="p"> 7Jes&#250;s le contest&#243;:</div><div class="p">&#8212;Tambi&#233;n dicen las Escrituras: No pondr&#225;s a prueba al Se&#241;or tu Dios.#Dt 6,16 (ver Ex 17,2-7; Nm 14,22; Sal 78,18; 1 Co 10,9).</div><div class="p"> 8De nuevo el diablo lo llev&#243; a un monte muy alto y, mostr&#225;ndole todas las naciones del mundo y su esplendor, 9le dijo:</div><div class="p">&#8212;Yo te dar&#233; todo esto si te arrodillas ante m&#237; y me adoras.</div><div class="p"> 10Pero Jes&#250;s le replic&#243;:</div><div class="p">&#8212;Vete de aqu&#237;, Satan&#225;s, pues dicen las Escrituras: Al Se&#241;or tu Dios adorar&#225;s y solo a &#233;l dar&#225;s culto.#Dt 6,13.</div><div class="p"> 11El diablo se apart&#243; entonces de Jes&#250;s, y llegaron los &#225;ngeles para servirle.</div><div class="ms1">III. Anuncio del reino en Galilea (4,12&#8211;18,35)</div><div class="ms2">Primeros d&#237;as de actividad de Jes&#250;s (4,12-25)</div><div class="s1">Jes&#250;s inicia su actividad</div><div class="r">(Mc 1,14-15; Lc 4,14-15)</div><div class="p"> 12Al enterarse Jes&#250;s de que Juan hab&#237;a sido encarcelado, se retir&#243; a Galilea. 13Pero no fue a Nazaret sino que fij&#243; su residencia en Cafarna&#250;n, junto al lago, en los t&#233;rminos de Zabul&#243;n y Neftal&#237;, 14en cumplimiento de lo dicho por medio del profeta Isa&#237;as:</div><div class="b"></div><div class="q"> 15 &#161;Tierra de Zabul&#243;n y Neftal&#237;,</div><div class="q"> camino del mar, al oriente del Jord&#225;n,</div><div class="q"> Galilea de los paganos! # Is 8,23&#8211;9,1 (ver Lc 1,79; Jn 1,5; Hch 26,18; Rm 13,12; 1 Pe 2,9). </div><div class="q"> 16 El pueblo sumido en las tinieblas</div><div class="q"> vio una luz resplandeciente;</div><div class="q"> a los que viv&#237;an en pa&#237;s de sombra de muerte,</div><div class="q"> una luz los alumbr&#243;.</div><div class="b"></div><div class="p"> 17A partir de aquel momento, Jes&#250;s comenz&#243; a predicar diciendo:#3,2.</div><div class="p">&#8212;Convert&#237;os, porque ya est&#225; cerca el reino de los cielos.</div><div class="s1">Llamamiento de los primeros disc&#237;pulos</div><div class="r">(Mc 1,16-20; Lc 5,1.10-11)</div><div class="p"> 18Iba Jes&#250;s paseando por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a dos hermanos: Sim&#243;n, tambi&#233;n llamado Pedro, y su hermano Andr&#233;s. Eran pescadores, y estaban echando la red en el lago. 19Jes&#250;s les dijo:</div><div class="p">&#8212;Venid conmigo y os har&#233; pescadores de hombres.#8,22; 9,9; 10,38; 16,23-24; Lc 14,27; Jn 1,43; 12,26; 21,19 (ver 1 Pe 2,21).</div><div class="p"> 20Ellos dejaron de inmediato sus redes y se fueron con &#233;l. 21M&#225;s adelante vio a otros dos hermanos: Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, que estaban en la barca con su padre, reparando las redes. Los llam&#243;, 22y ellos, dejando enseguida la barca y a su padre, lo siguieron.</div><div class="s1">Jes&#250;s ense&#241;a y cura</div><div class="p"> 23Jes&#250;s recorr&#237;a toda Galilea ense&#241;ando en las sinagogas jud&#237;as. Anunciaba el evangelio del Reino y curaba toda clase de enfermedades y dolencias de la gente.#8,16; 9,35; 11,5; 24,14; Mc 1,32.39; 6,55-56; Lc 4,15; 6,18-19. 24Su fama se extendi&#243; por toda Siria, y le tra&#237;an a todos los que padec&#237;an alg&#250;n mal: a los que sufr&#237;an diferentes enfermedades y dolores, y tambi&#233;n a endemoniados, lun&#225;ticos y paral&#237;ticos. Y Jes&#250;s los curaba. 25As&#237; que lo segu&#237;a mucha gente procedente de Galilea, de la Dec&#225;polis, de Jerusal&#233;n, de Judea y de la orilla oriental del Jord&#225;n.#8,1; 12,15; Mc 3,7-8; Lc 6,17.</div>
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</div>

<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkMAT">
 <div class="chapter ch5" data-usfm="MAT.5">
 <div class="label">5</div><div class="ms2">Serm&#243;n del monte (5&#8211;7)</div><div class="s1">La aut&#233;ntica felicidad</div><div class="r">(Lc 6,20-23)</div><div class="p"> 1Cuando Jes&#250;s vio todo aquel gent&#237;o, subi&#243; al monte y se sent&#243;. Se le acercaron sus disc&#237;pulos, 2y &#233;l se puso a ense&#241;arles, diciendo:</div><div class="p"> 3&#8212;Felices los de esp&#237;ritu sencillo, porque suyo es el reino de los cielos.#Is 61,1-3; Sal 1,1.</div><div class="p"> 4Felices los que est&#225;n tristes, porque Dios mismo los consolar&#225;.</div><div class="p"> 5Felices los humildes, porque Dios les dar&#225; en herencia la tierra.#11,29; Sal 37,11; 2 Co 10,1; Ga 5,23; Tt 3,2.</div><div class="p"> 6Felices los que desean de todo coraz&#243;n que haya justicia en la tierra, porque Dios atender&#225; su deseo.</div><div class="p"> 7Felices los misericordiosos, porque Dios tendr&#225; misericordia de ellos.#18,33; Stg 2,13.</div><div class="p"> 8Felices los que tienen limpia la conciencia, porque ellos ver&#225;n a Dios.#Sal 24,4; 51,10; 1 Tm 1,5.</div><div class="p"> 9Felices los que trabajan en favor de la paz, porque Dios los llamar&#225; hijos suyos.#Heb 12,14; Stg 3,18.</div><div class="p"> 10Felices los que sufren persecuci&#243;n por hacer lo que es justo, porque suyo es el reino de los cielos.#10,17-22; 1 Pe 3,14; 4,13-14.</div><div class="p"> 11Felices vosotros cuando os insulten y os persigan, y cuando digan falsamente de vosotros toda clase de infamias por ser mis disc&#237;pulos.</div><div class="p"> 12&#161;Alegraos y estad contentos, porque en el cielo ten&#233;is una gran recompensa! &#161;As&#237; tambi&#233;n fueron perseguidos los profetas que vivieron antes que vosotros!</div><div class="s1">Sal y luz del mundo</div><div class="r">(Mc 4,21; 9,50; Lc 8,16; 11,33; 14,34-35)</div><div class="p"> 13Vosotros sois la sal de este mundo. Pero si la sal pierde su sabor, &#191;c&#243;mo seguir&#225; salando? Ya no sirve m&#225;s que para arrojarla fuera y que la gente la pisotee.</div><div class="p"> 14Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada en lo alto de una monta&#241;a no puede ocultarse.#Jn 8,12; 9,5; Flp 2,15. 15Tampoco se enciende una l&#225;mpara de aceite y se tapa con una vasija. Al contrario, se pone en el candelero, de manera que alumbre a todos los que est&#225;n en la casa. 16Pues as&#237; debe alumbrar vuestra luz delante de los dem&#225;s, para que viendo el bien que hac&#233;is alaben a vuestro Padre celestial.#1 Co 10,31; Ef 5,8-9; 1 Pe 2,12.</div><div class="s1">Actitud ante la ley de Mois&#233;s</div><div class="p"> 17No pens&#233;is que yo he venido a anular la ley de Mois&#233;s o las ense&#241;anzas de los profetas. No he venido a anularlas, sino a darles su verdadero significado.#7,12. 18Y os aseguro que, mientras existan el cielo y la tierra, la ley no perder&#225; ni un punto ni una coma de su valor. Todo se cumplir&#225; cabalmente.#Lc 16,17 (ver 21,33). 19Por eso, aquel que quebrante una de las disposiciones de la ley, aunque sea la menos importante, y ense&#241;e a hacer lo mismo, ser&#225; considerado el m&#225;s peque&#241;o en el reino de los cielos. En cambio, el que las cumpla y ense&#241;e a otros a cumplirlas, ese ser&#225; considerado grande en el reino de los cielos. 20Y os digo esto: Si vosotros no cumpl&#237;s la voluntad de Dios mejor que los maestros de la ley y que los fariseos, no entrar&#233;is en el reino de los cielos.#7,21; 18,3 y par.; 23,13; Lc 16,16; Jn 3,5; Hch 14,22.</div><div class="s1">Sobre la ofensa y la reconciliaci&#243;n</div><div class="r">(Lc 12,57-59)</div><div class="p"> 21Ya sab&#233;is que se dijo a los antepasados: No mates; el que mate, ser&#225; llevado a juicio.#Ex 20,13; Dt 5,17 (ver Mt 19,18 y par.; Rm 13,9; Stg 2,11). 22Pero yo os digo: El que se enemiste con su hermano, ser&#225; llevado a juicio; el que lo insulte ser&#225; llevado ante el Consejo Supremo, y el que lo injurie gravemente se har&#225; merecedor del fuego de la gehena.</div><div class="p"> 23Por tanto, si en el momento de ir a presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene algo en contra de ti, 24deja tu ofrenda all&#237; mismo delante del altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano. Luego regresa y presenta tu ofrenda.#Mc 11,25.</div><div class="p"> 25Ponte de acuerdo con tu adversario sin demora mientras est&#225;s a tiempo de hacerlo, no sea que tu adversario te entregue al juez, y el juez a los guardias, y vayas a dar con tus huesos en la c&#225;rcel. 26Te aseguro que no saldr&#225;s de all&#237; hasta que pagues el &#250;ltimo c&#233;ntimo de tu deuda.</div><div class="s1">Sobre el adulterio y las ocasiones de pecado</div><div class="r">(Mc 9,43.47)</div><div class="p"> 27Sab&#233;is que se dijo: No cometas adulterio.#Ex 20,14; Dt 5,18. 28Pero yo os digo: El que mira con malos deseos a la mujer de otro, ya est&#225; adulterando con ella en el fondo de su coraz&#243;n.</div><div class="p"> 29As&#237; que, si tu ojo derecho es para ti ocasi&#243;n de pecado, s&#225;catelo y arr&#243;jalo lejos de ti. M&#225;s te vale perder una parte del cuerpo que ser arrojado entero a la gehena.#18,8-9; Lc 17,1-2. 30Y si tu mano derecha es para ti ocasi&#243;n de pecado, c&#243;rtatela y arr&#243;jala lejos de ti. M&#225;s te vale perder una parte del cuerpo que ser arrojado entero a la gehena.</div><div class="s1">Sobre el divorcio</div><div class="r">(Mc 10,4.11-12; Lc 16,18)</div><div class="p"> 31Tambi&#233;n se dijo: El que se separe de su mujer, debe darle un acta de divorcio.#19,7.9; Dt 24,1; 1 Co 7,10-11. 32Pero yo os digo que todo aquel que se separa de su mujer, salvo en caso de inmoralidad sexual,#5,32: inmoralidad sexual: Otra traducci&#243;n muy posible ser&#237;a uni&#243;n ileg&#237;tima , pues el contexto tambi&#233;n parece sugerir que se trata de matrimonios prohibidos por la ley (Lv 20,9-21; Dt 22,22 y 24,1-4), por tanto no eran realmente matrimonios v&#225;lidos y exig&#237;an la separaci&#243;n de la pareja. la pone en peligro de cometer adulterio. Y el que se casa con una mujer separada tambi&#233;n comete adulterio.</div><div class="s1">Sobre el juramento</div><div class="p"> 33Igualmente sab&#233;is que se dijo a nuestros antepasados: No jures en falso, sino cumple lo que prometiste al Se&#241;or con juramento.#Lv 19,12 (ver Nm 30,3; Dt 23,22.24). 34Pero yo os digo: No jures en manera alguna. No jures por el cielo, porque es el trono de Dios;#23,22; Is 66,1 (ver Hch 7,49); Sal 48,1. 35ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusal&#233;n, porque es la ciudad del gran Rey. 36Ni siquiera jures por tu propia cabeza, porque no est&#225; en tu mano hacer blanco o negro ni uno solo de tus cabellos. 37Decid simplemente: &#171;s&#237;&#187; o &#171;no&#187;; todo lo que se diga de m&#225;s, procede del maligno.#Stg 5,12.</div><div class="s1">Sobre la venganza</div><div class="r">(Lc 6,28-29)</div><div class="p"> 38Sab&#233;is que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. 39Pero yo os digo: No recurr&#225;is a la violencia contra el que os haga da&#241;o. Al contrario, si alguno te abofetea en la mejilla derecha, pres&#233;ntale tambi&#233;n la otra. 40Y al que quiera pleitear contigo para quitarte la t&#250;nica, c&#233;dele el manto. 41Y si alguno te fuerza a llevar una carga a lo largo de una milla, ll&#233;vasela por dos. 42A quien te pida algo, d&#225;selo; y a quien te ruegue que le hagas un pr&#233;stamo, no le vuelvas la espalda.</div><div class="s1">El amor a los enemigos</div><div class="r">(Lc 6,27-28.32-36)</div><div class="p"> 43Sab&#233;is que se dijo: Ama a tu pr&#243;jimo y odia a tu enemigo.#Lv 19,18 (ver Mt 19,19; 22,39 y par.; Rm 13,9; Ga 5,14; Stg 2,8). 44Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen.#Dt 23,4-5; Pr 25,21; Lc 23,34; Hch 7,60; Rm 12,14; 1 Co 4,12. 45As&#237; ser&#233;is verdaderamente hijos de vuestro Padre que est&#225; en los cielos, pues &#233;l hace que el sol salga sobre malos y buenos y env&#237;a la lluvia sobre justos e injustos. 46Porque si solamente am&#225;is a los que os aman, &#191;qu&#233; recompensa pod&#233;is esperar? &#161;Eso lo hacen tambi&#233;n los recaudadores de impuestos! 47Y si salud&#225;is &#250;nicamente a los que os tratan bien, &#191;qu&#233; hac&#233;is de extraordinario? &#161;Eso lo hacen tambi&#233;n los paganos! 48Vosotros ten&#233;is que ser perfectos, como es perfecto vuestro Padre celestial.#Lv 19,2 (ver Dt 18,13).</div>
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