La Economía Del ReinoMuestra

FAITH

Aunque todas las llaves de oro que nos da el Señor, para abrir las puertas de la capital de su reino, están fuertemente relacionadas entre sí, de tal manera que son interdependientes, la llave de la fe es la mayor de ellas, la más importante de las maestras, que abre las doce puertas, acompañando a cada una de las otras, concediéndoles la clave de apertura.

La fe, que nos es regalada por el Espíritu Santo, al conocer a Cristo y rendirnos a su perfecta voluntad, se constituye en el cordón umbilical de nuestro nuevo hombre, que nos une a Dios, tan estrechamente como le sucede al bebé con su madre, mientras está en su vientre, con la diferencia de que, en nuestro caso, es de forma consciente.

Hebreos 11:6: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”

· Abraham vivió por fe, en obediencia a Dios que le llamó, y siempre tuvo abundancia

· Por la fe Moisés dio provisión abundante al pueblo de Israel

· Por la fe multiplicaron el aceite y la harina (Elías y Eliseo)

· Por la misma fe Jesucristo multiplicó dos veces los panes y los peces, y realizó dos pescas milagrosas

· Por la fe Elías decretaba sequía o hacía llover. 

· Por la fe, Jesucristo transformó el agua en vino y salvó una carencia importante en una boda.

· Por la fe, Pedro obedeció a Jesús y pescó un pez, le abrió la boca y encontró un estatero, con el que pagaron los impuestos de la entrada en Capernaúm. (Mateo 7:27)

· Por la fe, los apóstoles recibían todo lo que necesitaban,

· Por la fe, nuestros padres espirituales conquistaron reinos

Deseo sinceramente que con esta llave poderosa de la fe, en el Señor y en sus siervos, unida a la paciencia y a la humildad, para nunca sobredimensionarnos, tú, querido lector, abras todas las puertas del paraíso de Dios y heredes todas sus promesas, satisfaciéndote en todo lo que de Él esperas.

Mateo 21:22: “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.”

Es con esta llave que entramos también nosotros, por esta puerta del Este, para recibir la corona de gloria de manos del Señor, además de todos los tesoros de su reino, que nos sean necesarios para reinar con Él.

Miguel Díez