Creyendo por Milagros - Sinfonía en el SilencioMuestra

TIEMPO DE SILENCIO

Ana vivía en tristeza y en silencio esperando, hasta que decidió entregar totalmente a Dios su amargura y rendir su alma delante de Él. Ana recibía una porción especial, el doble. Aún así, estaba llena de tristeza y sin apetito. Seguramente Ana habría orado muchas veces, pero ese día algo cambió. Lanzó una oración silenciosa al Cielo, al Todopoderoso, prometiéndole una dedicación mayor de lo que se le pedía: “yo te lo entregaré para toda su vida, y nunca se le cortará el cabello (voto nazareo)”. A pesar del dolor y de los problemas de Ana, Dios tenía un propósito que cumpliría más allá de ella, como veremos en la vida de Samuel. En el versículo 18 leemos que Ana salió y se fue a comer. Desde ese momento, su semblante cambió. Después de su clamor y de ese encuentro con Dios, hubo un antes y un después. Con fe, ella creyó en su promesa y adoró a Dios antes de verla cumplida.

¿Alguna vez te has sentido sin poder disfrutar de lo que tienes por estar anclado y enfocado en aquello que te falta o en una promesa que aún no ha sido cumplida?

¿Qué te está demandando Dios que le entregues hoy más allá de lo común o de lo normal?

Oración

Padre, hoy derramo ante ti mi dolor y aquellas áreas de mi vida donde aún no he visto tu promesa cumplida. Muéstrame qué debo entregarte hoy en rendición a ti. Ayúdame a enfocarme en tu voluntad, a adorarte y a creer con fe que tú lo harás. Amén.