Devocional SisterhoodMuestra

Todo o nada

En los primeros días de Sisterhood, uno de los mayores obstáculos que tuve que superar fue una subcorriente generalizada, consecuencia de la separación generacional. Había una percepción de que lo que estaba haciendo con el «ministerio de mujeres» era para un grupo demográfico particular, más «maduro». La generación más joven, y por desgracia incluso mis amigas, no creían que era algo para ellas.

Claramente tenía algunas mentalidades que enfrentar, porque sabía que Dios quería dar forma a una realidad completamente nueva con respecto a las mujeres en la iglesia. En cuanto a esto, sentí que era la única persona en mi mundo que podía verlo, y en muchos sentidos era algo oculto hasta para mí. 

Estaba respondiendo con fe a un territorio inexplorado, y para ser honesta, porque mi naturaleza no es comunicativa ni agresiva, es un milagro que no haya renunciado por completo. Independientemente de cuán incapaz o inadecuada me sentía a veces, en su mayor parte decidí girar mi rostro hacia lo que creía que Dios había puesto en mi corazón y luego caminé con una fe simple hacia lo desconocido. Aprendí a «sonreír al futuro» y seguir adelante.

Cuando sientes que Dios te está llamando a dar un paso hacia su gran plan, crear algo nuevo o diferente requiere tiempo y compromiso. La próxima temporada, sin importar cuán breve o prolongada sea, será el territorio en el que te descubrirás a ti misma y a tu identidad.

Nunca desprecies tus comienzos, no importa cuán pequeños o aparentemente insignificantes sean. Dios no mide con una regla o calculadora; Él mide tu corazón. Cuando Dios le ordenó al profeta Samuel que ungiera a un pastor como rey, dijo: «La gente mira la apariencia externa, pero el Señor mira el corazón».

Entonces, no importa cuán loco parezca, o si los otros entienden o no los deseos que Dios ha puesto en tu corazón, sé valiente y respira mientras te adentras en ello. Dale todo lo que tienes. Aprende a sonreír ante el futuro y confía en tu Padre celestial, que promete estar contigo en cada paso del camino.