Una mujer importante: Superando el estrés Muestra

Cuando te sientes abrumada

¿Alguna vez sentiste tu corazón abrumado? Sinceramente, hay días en mi vida en los que mi corazón oscila entre la frustración intensa y una agitación constante por miles de inquietudes. Las continuas demandas, responsabilidades, personas, tareas, los hábitos, vicios y compromisos se acumulan en mi vida y crean un lío enorme que sólo se puede describir con una sola palabra: desesperación.

Cuando estamos desesperadas, lo primero que debemos hacer es clamar a Dios. Nuestro anhelo de orar debe ser más grande que el anhelo de que las circunstancias mejoren. Sólo el acudir a mi Dios infinitamente bondadoso y misericordioso, quien siempre está atento y lleno de amor, me recuerda que no me encargo yo de todo. Hay Alguien más grande y todopoderoso que yo, capaz de traer alivio a mi montaña rusa de estrés.

Uno de los errores más destructivos que cualquiera de nosotras puede cometer en momentos de frenesí abrumador es dejarnos llevar por nuestras emociones. La ira y la impaciencia dañarán las relaciones que luego se volverán difíciles de sanar.

Cuando te sientes abrumada, no te centres en lo que te irrita o te molesta. ¡Deja de ver tus circunstancias y fija tu mirada, y mente, en el Único que puede ayudarte!

No existe lugar más seguro y tranquilo que permanecer en Dios y con Dios. Cuando permanezco en Su presencia y disfruto la seguridad de Su Palabra, es cuando lo abrumador de esta Tierra realmente se desvanece. Cuando Su cercanía desvía mi atención de todo lo que llama mi nombre, por fin encuentro paz. La vida que Él le da a una mujer desesperada como yo es la vida que siempre he soñado y anhelado.

La presencia de Dios milagrosamente me permite enfrentar otro día lleno de responsabilidades cotidianas. Su poderosa Palabra me cubre y protege del estrés constante de la vida. La oración me ayuda a centrarme en lo eterno y no en lo que solo provoca ruido.

Quizás, la próxima vez que tú y yo nos encontremos en situaciones abrumadoras, lo que debemos hacer es ¡correr a Dios y a todo lo que Él es! Yo me propongo tomar un descanso de este mundo loco y poner mi corazón donde siempre ha pertenecido…en Él.