Mis batallas por ganarMuestra

Buenos y malos tiempos. De ambos habrá.

Ambos provienen de Dios y no están ahí solo por causa del pecado. Aunque esa fuera la causa, están ahí con un propósito para el que quiera aprovecharlo.

Conozco gente que en tiempos difíciles en la economía hizo crecer y mucho su negocio. También gente que en medio de la desesperación encontró el propósito de su vida. Otros que descubrieron dones o habilidades, que perdieron amigos innecesarios y ganaron amistades de Dios. La Biblia dice que el bien y el mal acontecen a todos; la diferencia es lo que hace cada uno.

Por eso te invito a mirar otra vez el tiempo que estás viviendo y creer que Dios tiene una oportunidad incluida para ti, y que si dependemos de Él y buscamos bien, nos la revelará.

Quizá estés pasando por dificultades en tu matrimonio. Ponte en marcha, viene una nueva y mejor etapa para vosotros. Solo es cuestión de humillarse y dejar a Dios a cargo.

Quizá el problema es económico, y entonces te invito a buscar nuestra ropa de fiesta para celebrar que pasará y El traerá la prosperidad que está escondida en esta prueba de carácter.

Si el problema es de salud, hay un Dios sanador preparando el quirófano, listo para erradicar la tristeza y la desesperación para implantar alegría y fe, para que puedas ver más allá al Dios de los milagros increíbles.

No se cuál es tu tiempo, pero cualquiera que sea, podemos confiar en que nada, absolutamente nada, le es indiferente.

No sabemos qué va a suceder mañana. Por eso la mejor estrategia es creer hoy.

Bástele a cada día su propio afán. ¿Y mañana? Yo no, pero Dios sabe y prefiero dejarlo a  Él al mando.