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Serie «El Señor te mantiene a salvo»: ¡Tengo tanto miedo!Muestra

[Serie El Señor te mantiene a salvo] ¡Tengo tanto miedo!

DÍA 5 DE 7

Estoy en profunda angustia


¿Cuántas veces hemos sentido que estamos en el pozo más profundo? La angustia se apodera cuando nos centramos en lo que produce dolor. Si se fue un ser querido, nos quedamos en su recuerdo, hacemos aún de manera inconsciente un altar emocional a esa persona. No permitimos que nadie toque sus cosas, dejamos sus pertenencias durante años en su lugar, porque creemos que es la mejor manera de recordarlo. Sin embargo, si hay algo que debemos entender es que aferrarnos a la causa del dolor no trae victoria. 




Seguramente puedes contar situaciones muy dolorosas que te están sucediendo y nos asombraremos de todas ellas. Encontraremos otros que enfrentan situaciones tal vez más complejas en la vida de las que hemos vivido hasta el momento. Pero la única manera de alcanzar la victoria es quitar los ojos del problema, de la causa de la angustia, y ponerlos en quien todo lo puede: Cristo.




No puedo dormir en paz


Cuando no tenemos paz para dormir, cuando conciliar el sueño se convierte en un reto diario a causa de la angustia de las circunstancias que estamos enfrentando, entonces es tiempo de recordar en Quién hemos creído. Hemos recibido la paz que sobrepasa todo entendimiento, la paz que perdura y que permanece para siempre. Esa paz está sobre cualquier situación. La paz de Cristo es mayor que cualquier circunstancia adversa que nos quiera quitar el sueño y nos traiga angustia. 




La paz de Dios no solamente es un hermoso saludo entre hermanos, es una realidad de vida que nos da nuestro Padre. Una vida que nos permite ver las circunstancias como lo que son: pasajeras y temporales. La paz de Dios evoca tranquilidad, seguridad, bienestar, satisfacción, porque cuando hablamos de paz, nuestro espíritu anhela esta realidad. 




Nuestro Dios se presenta como el Dios de paz. Así como es amor, también es paz. Nuestro Dios es fuente de paz. Cristo es nuestro Príncipe de paz. El evangelio que nos envió a predicar es el evangelio de la paz. La obra de Cristo nos garantiza la paz con Dios. Estas verdades ponen un fundamento que edifica nuestra vida y fortalece nuestra fe. Descansa en el Dios de paz, descansa en el evangelio de la paz y en la obra redentora de Jesús. 




Oremos


Padre celestial, gracias por tu paz, esa perfecta paz que cada día me sostiene. Y gracias por tu evangelio de la paz. Decido disfrutar tu paz, que ahora está en mí. Gracias, amado Padre.  


Día 4Día 6

Acerca de este Plan

[Serie El Señor te mantiene a salvo] ¡Tengo tanto miedo!

Este plan devocional forma parte de la serie «El Señor te mantiene a salvo», de la American Bible Society. Veremos cómo los sentimientos de temor, miedo, rechazo, desánimo, desesperanza, debilidad, angustia, preocupación...

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Damos las gracias a la American Bible Society y a El Centro Network por proporcionarnos este plan. Si quieres saber más sobre estas organizaciones, haz click en https://www.americanbible.org/ y https://elcentronetwork.com

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