Vivir renovado: Conversaciones con DiosMuestra

Comienza la conversación

Tal vez todavía te sientas abrumada acerca de hablar con Dios, pero no hay una manera correcta o incorrecta de orar. No tiene que verse como una oración matutina formal o algo estrictamente programado antes de cada comida. No tiene que ser perfectamente redactado, y no necesitas recordar cada detalle para hacerlo váido.

La oración puede ser tan simple como una serie de conversaciones cortas a lo largo de tu día, justo como si enviaras un mensaje de texto a tu esposo o tu mejor amigo. Coméntale tus novedades, pregúntale Su opinión, y dile cómo te sientes. Recuerda, todo lo que Él quiere es una relación auténtica contigo.

Aquí hay algunos temas de conversación para ayudarte a empezar:

Hola Dios, extrañé hablar contigo hoy y quería contarte acerca de lo que pasó…

Hola Dios, quería decirte que estoy agradecida por…

Hola Dios, estoy teniendo un día realmente difícl hoy. Lo que siento es…

Hola Dios, estoy escuchando. ¿Qué es lo que quieres decirme?

Hola Dios, sé que no puedo hacerlo sin ti, así que pido por…

Hola Dios, sé que sabes lo que quiero, pero confío en ti acerca de…

Cuando oramos, Dios quiere que nos sintamos lo suficientemente cómodos para decirlo todo. Él ya nos conoce por dentro y por fuera, así que podemos ser honestos.

Los salmos escritos por David son grandes ejemplos de cómo orar en completa vulnerabilidad. Él clama a Dios en angustia y lo adora con hermosa poesía. Derrama cada parte de su alma, sin contener nada. David no era perfecto, pero se apoyó en Dios durante toda su vida, y es conocido como un hombre conforme al corazón de Dios por eso. Sigamos el ejemplo de David. Seamos gente que confía en Dios.

Incluso si es incómodo e incluso si sientes dudas, simplemente comienza. Después de un tiempo, llegarás al punto en que puedes reconocer Su poder y propósito en tu vida diaria. La oración se convertirá en algo tan fácil como hablar con tu mejor amigo. Eventualmente, serás capaz de hacer de tu vida una oración.

Práctica- Escribe los temas de conversación de arriba y añade algunos propios a la lista. Pégalos en algún lugar en que los puedas ver y pasa al menos cinco minutos al día en conversación con Dios.

Oramos que Dios haya usado este Plan para ministrar en tu corazón.

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