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El Señor es mi fortaleza

Al comenzar este nuevo año, la mayoría tenemos algunas metas u objetivos y usamos este período para enfocarnos en ellas. Cada año, las 3 resoluciones más populares están relacionadas con la salud y el estado físico. ¡Perder peso, comer mejor y hacer más ejercicio están entre las primeras de la lista de metas! Pero, ¿sabías que 3 semanas después del comienzo del año, el 75 % de las personas que se propusieron esas metas fracasan y se dan por vencidas?

Las razones de esto van desde no planificar, no tener objetivos realistas, hasta no tener un compañero responsable que los mantenga encaminados. Todas están relacionadas con el hecho de que las personas confían en su propia fuerza de voluntad y firmeza. Una cosa que aprendemos en la Biblia y a lo largo de la vida es que somos débiles y estamos condenados al fracaso cuando confiamos en nuestras propias fuerzas.

Lo mejor de ser creyente es que sabemos que a través de Jesucristo, tenemos acceso a una fuerza que normalmente no poseeríamos. Esto no significa que después de orar, Jesús nos ayudará a hacer press de banca con 300 libras, sino que dondequiera que seamos débiles, podemos llevar esto a Dios y saber que nos ayudará a superarlas. Cuando tratamos de apoyarnos en nuestro propio poder, nuestras debilidades nos superan.

Nuestro desafío para ti a partir de hoy:

Siempre que te sientas débil, detente y tómate 1 minuto para orar a Dios y pedirle que te dé la fuerza para vencer. Si tus objetivos están relacionados con la salud y el estado físico y sabes que necesitas comer mejor, detente un momento, ora y pídele a Dios que te fortalezca para resistir la tentación de derrumbarte y comer poco saludable. Reconoce tus áreas de debilidad y por este mes ora en esos momentos. Dios ha prometido que nos dará lo que no poseemos.

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