En nuestro lugar: Devociones cuaresmales de Tiempo de GraciaMuestra

¿Cómo que «Lavatorio»?
La tarde en que Jesús fue arrestado y condenado tanto por Judíos como por el tribunal romano comenzó tranquilamente con la comida anual de Pascua en un aposento alto de Jerusalén. Jesús usó su últimas y más preciadas horas de libertad como un retiro de formación. La mayor parte de lo que dijo e hizo provocó una gran conmoción en los discípulos: se arrodillo y lavó sus pies, predijo su muerte y resurrección y después dijo lo siguiente: «Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros» (Juan 13:34, RVR1960).
Durante su formación anterior les había dicho que la marca de un auténtico creyente era la fidelidad a la Palabra de Cristo. Ahora estaba añadiendo un «nuevo» mandamiento que en realidad no era nuevo, sino eterno: «Amaos los unos a los otros». Lo que lo hace nuevo es el hecho de que nuestra naturaleza pecadora genera continuamente pensamientos, palabras y comportamientos egoístas. Así como la gracia del perdón de Cristo es nueva para nosotros cada mañana y derrama sobre nosotros una refrescante lluvia espiritual de perdón, del mismo modo nosotros podemos elegir de nuevo el tratar a los demás como Cristo nos trata: con un amor paciente, constante y sin condiciones como el que Jesús demostró en ese jueves tan especial antes de su muerte. Al reflexionar sobre esa magnífica tarde y las imágenes del Cordero de Dios comiendo cordero de Pascua con sus amigos, lavándoles humildemente los pies y desentrañando los misterios de las palabras con las que Dios los quería consolar, no podemos sino sentirnos inspirados... Inspirados a amar.
La tarde en que Jesús fue arrestado y condenado tanto por Judíos como por el tribunal romano comenzó tranquilamente con la comida anual de Pascua en un aposento alto de Jerusalén. Jesús usó su últimas y más preciadas horas de libertad como un retiro de formación. La mayor parte de lo que dijo e hizo provocó una gran conmoción en los discípulos: se arrodillo y lavó sus pies, predijo su muerte y resurrección y después dijo lo siguiente: «Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros» (Juan 13:34, RVR1960).
Durante su formación anterior les había dicho que la marca de un auténtico creyente era la fidelidad a la Palabra de Cristo. Ahora estaba añadiendo un «nuevo» mandamiento que en realidad no era nuevo, sino eterno: «Amaos los unos a los otros». Lo que lo hace nuevo es el hecho de que nuestra naturaleza pecadora genera continuamente pensamientos, palabras y comportamientos egoístas. Así como la gracia del perdón de Cristo es nueva para nosotros cada mañana y derrama sobre nosotros una refrescante lluvia espiritual de perdón, del mismo modo nosotros podemos elegir de nuevo el tratar a los demás como Cristo nos trata: con un amor paciente, constante y sin condiciones como el que Jesús demostró en ese jueves tan especial antes de su muerte. Al reflexionar sobre esa magnífica tarde y las imágenes del Cordero de Dios comiendo cordero de Pascua con sus amigos, lavándoles humildemente los pies y desentrañando los misterios de las palabras con las que Dios los quería consolar, no podemos sino sentirnos inspirados... Inspirados a amar.
Escritura
Acerca de este Plan

Este plan de lectura te guiará a través del tiempo de Cuaresma, la cual nos brinda las increíbles historias del sufrimiento, condenación y muerte de Jesucristo por nosotros.
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Nos gustaría dar las gracias al Ministerio Tiempo de Gracia por proporcionarnos este plan. Para obtener más información, visita www.timeofgrace.org
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