Orar

Esperanza Que No Desespera

95 Tesis Para La Nueva Generación

Caminando Juntos: Hombres Y Mujeres Construyendo en Unidad

Incluso Si ______.

Confiando en Dios Para Dar Forma a Tu Historia

La Comparación - El Enemigo Silencioso

Zaqueo: La Obediencia Inmediata

Sin Filtros: Viviendo Como Verdaderos Hijos De Dios

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 <div class="book bkLUK">
 <div class="chapter ch14" data-usfm="LUK.14">
 <div class="label">14</div><div class="s1">De nuevo Jes&#250;s cura en s&#225;bado</div><div class="p"> 1Sucedi&#243; que un s&#225;bado Jes&#250;s fue a comer a casa de uno de los jefes de los fariseos. Ellos, que lo estaban espiando,#6,6-11 y par.; 13,10-17. #7,36; 11,37. 2le colocaron delante un hombre enfermo de hidropes&#237;a. 3Jes&#250;s, entonces, pregunt&#243; a los doctores de la ley y a los fariseos:</div><div class="p">&#8212;&#191;Est&#225; o no est&#225; permitido curar en s&#225;bado?</div><div class="p"> 4Pero ellos no contestaron. As&#237; que Jes&#250;s tom&#243; de la mano al enfermo, lo cur&#243; y lo despidi&#243;. 5Luego les dijo:</div><div class="p">&#8212;Si a uno de vosotros se le cae el hijo o un buey en un pozo, &#191;no correr&#225; a sacarlo aunque sea en s&#225;bado?</div><div class="p"> 6A esto no pudieron contestar nada.</div><div class="s1">Lecci&#243;n de buen comportamiento</div><div class="p"> 7Al ver Jes&#250;s que los invitados escog&#237;an para s&#237; los puestos de honor en la mesa, les dijo a modo de ejemplo:</div><div class="p"> 8&#8212;Cuando alguien te invite a un banquete de bodas, no te sientes en el lugar de honor, no sea que entre los invitados haya otro m&#225;s importante que t&#250; 9y, cuando llegue el que os invit&#243; a ambos, te diga: &#171;Tienes que dejarle el sitio a este&#187;, y entonces tengas que ir avergonzado a sentarte en el &#250;ltimo lugar.#Pr 25,7. 10Al contrario, cuando te inviten, si&#233;ntate en el &#250;ltimo lugar; as&#237;, al llegar el que te invit&#243;, te dir&#225;: &#171;Amigo, sube hasta este lugar de m&#225;s categor&#237;a&#187;. Entonces aumentar&#225; tu prestigio delante de los otros invitados. 11Porque a todo el que se ensalce a s&#237; mismo, Dios lo humillar&#225;; pero al que se humille a s&#237; mismo, Dios lo ensalzar&#225;.#18,14; Mt 23,12.</div><div class="p"> 12Dirigi&#233;ndose luego al que lo hab&#237;a invitado, le dijo:</div><div class="p">&#8212;Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, a tus hermanos, a tus parientes o a tus vecinos ricos, porque despu&#233;s ellos te invitar&#225;n a ti y quedar&#225;s as&#237; recompensado. 13Por el contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los inv&#225;lidos, a los cojos y a los ciegos. 14Ellos no pueden corresponderte; y precisamente por eso ser&#225;s feliz, porque tendr&#225;s tu recompensa cuando los justos resuciten.#6,35; Mt 22,30-32 y par.; Jn 5,29; Hch 24,15; 1 Co 15,12-26; 1 Ts 4,16.</div><div class="s1">Par&#225;bola de la gran cena</div><div class="r">(Mt 22,1-10)</div><div class="p"> 15Al o&#237;r esto, uno de los que estaban sentados a la mesa dijo a Jes&#250;s:</div><div class="p">&#8212;&#161;Feliz aquel que sea invitado a comer en el reino de Dios!#13,29; Ap 19,9.</div><div class="p"> 16Jes&#250;s le contest&#243;:</div><div class="p">&#8212;Una vez, un hombre dio una gran cena e invit&#243; a muchos. 17Cuando lleg&#243; el d&#237;a de la cena, envi&#243; a su criado para que dijera a los invitados: &#171;Venid, que ya est&#225; todo preparado&#187;. 18Pero todos ellos, uno por uno, comenzaron a excusarse. El primero dijo: &#171;He comprado unas tierras y tengo que ir a verlas. Disc&#250;lpame, por favor&#187;. 19Otro dijo: &#171;Acabo de comprar cinco yuntas de bueyes y tengo que ir a probarlas. Disc&#250;lpame, por favor&#187;. 20El siguiente dijo: &#171;No puedo ir, porque acabo de casarme&#187;.#1 Co 7,33. 21El criado volvi&#243; a casa y refiri&#243; a su se&#241;or lo que hab&#237;a ocurrido. Entonces el due&#241;o de la casa, muy enojado, orden&#243; a su criado: &#171;Sal enseguida por las plazas y las calles de la ciudad y trae aqu&#237; a los pobres, los inv&#225;lidos, los ciegos y los cojos&#187;. 22El criado volvi&#243; y le dijo: &#171;Se&#241;or, he hecho lo que me ordenaste y a&#250;n quedan lugares vac&#237;os&#187;. 23El se&#241;or le contest&#243;: &#171;Pues sal por los caminos y veredas y haz entrar a otros, aunque sea a la fuerza, hasta que mi casa se llene. 24Porque os digo que ninguno de los que estaban invitados llegar&#225; a probar mi cena&#187;.</div><div class="s1">Condiciones para seguir a Jes&#250;s</div><div class="r">(Mt 10,37-38)</div><div class="p"> 25Iba mucha gente acompa&#241;ando a Jes&#250;s. Y &#233;l, dirigi&#233;ndose a ellos, les dijo:</div><div class="p"> 26&#8212;Si uno quiere venir conmigo y no est&#225; dispuesto a dejar padre, madre, mujer, hijos, hermanos y hermanas, e incluso a perder su propia vida, no podr&#225; ser disc&#237;pulo m&#237;o.#9,23 y par.; 18,29 y par.; Jn 12,26. 27Como tampoco podr&#225; serlo el que no est&#233; dispuesto a cargar con su propia cruz para seguirme. 28Si alguno de vosotros quiere construir una torre, &#191;no se sentar&#225; primero a calcular los gastos y comprobar si tiene bastantes recursos para terminarla? 29No sea que, una vez echados los cimientos, no pueda terminarla, y quede en rid&#237;culo ante todos los que, al verlo, 30dir&#225;n: &#171;Ese individuo se puso a construir, pero no pudo terminar&#187;. 31O bien: si un rey va a la guerra contra otro rey, &#191;no se sentar&#225; primero a calcular si con diez mil soldados puede hacer frente a su enemigo, que avanza contra &#233;l con veinte mil? 32Y si ve que no puede, cuando el otro rey est&#233; a&#250;n lejos, le enviar&#225; una delegaci&#243;n para proponerle la paz. 33Del mismo modo, aquel de vosotros que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser disc&#237;pulo m&#237;o.#18,24-30 y par.</div><div class="s1">La sal que se vuelve ins&#237;pida</div><div class="r">(Mt 5,13; Mc 9,50)</div><div class="p"> 34La sal es buena; pero si se vuelve ins&#237;pida, &#191;c&#243;mo recobrar&#225; su sabor? 35Ya no es &#250;til para la tierra ni sirve para abono, de modo que se tira. Quien pueda entender esto, que lo entienda.#8,8; Mt 11,15; Mc 4,9; Ap 2,7.11.17.29; 3,6.13.22.</div>
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 <div class="chapter ch15" data-usfm="LUK.15">
 <div class="label">15</div><div class="s1">Par&#225;bola de la oveja perdida</div><div class="r">(Mt 18,12-14)</div><div class="p"> 1Todos los recaudadores de impuestos y gente de mala reputaci&#243;n sol&#237;an reunirse para escuchar a Jes&#250;s.#5,30; 7,34; Mt 9,10-13. 2Al verlo, los fariseos y los maestros de la ley murmuraban:</div><div class="p">&#8212;Este anda con gente de mala reputaci&#243;n y hasta come con ella.</div><div class="p"> 3Jes&#250;s entonces les cont&#243; esta par&#225;bola:</div><div class="p"> 4&#8212;&#191;Qui&#233;n de vosotros, si tiene cien ovejas y se le pierde una de ellas, no deja en el campo las otras noventa y nueve y va en busca de la que se le hab&#237;a perdido?#19,10; Jr 23,1-4; Ez 34; Mi 4,6-7; Jn 10,11-16. 5Cuando la encuentra, se la pone sobre los hombros lleno de alegr&#237;a 6y, al llegar a casa, re&#250;ne a sus amigos y vecinos y les dice: &#171;&#161;Alegraos conmigo, porque ya encontr&#233; la oveja que se me hab&#237;a perdido!&#187;. 7Pues yo os digo que, igualmente, hay m&#225;s alegr&#237;a en el cielo por un pecador que se convierta que por noventa y nueve justos que no necesiten convertirse.</div><div class="s1">Par&#225;bola de la moneda perdida</div><div class="p"> 8O tambi&#233;n, &#191;qu&#233; mujer, si tiene diez monedas y se le pierde una de ellas, no enciende una l&#225;mpara y barre la casa y la busca afanosamente hasta que la encuentre? 9Y cuando la encuentra, re&#250;ne a sus amigas y vecinas y les dice: &#171;&#161;Alegraos conmigo, porque ya encontr&#233; la moneda que se me hab&#237;a perdido!&#187;. 10Pues yo os digo que, igualmente, se alegran los &#225;ngeles de Dios por un solo pecador que se convierta.</div><div class="s1">Par&#225;bola de los dos hijos y el padre bueno</div><div class="p"> 11Y les cont&#243; tambi&#233;n:</div><div class="p">&#8212;Hab&#237;a una vez un padre que ten&#237;a dos hijos. 12El menor de ellos le dijo: &#171;Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde&#187;. El padre reparti&#243; entonces sus bienes entre los dos hijos. 13Pocos d&#237;as despu&#233;s, el hijo menor reuni&#243; cuanto ten&#237;a y se march&#243; a un pa&#237;s lejano, donde lo despilfarr&#243; todo de mala manera. 14Cuando ya lo hab&#237;a malgastado todo, sobrevino un terrible per&#237;odo de hambre en aquella regi&#243;n, y &#233;l empez&#243; tambi&#233;n a padecer necesidad. 15Entonces fue a pedir trabajo a uno de los habitantes de aquel pa&#237;s, el cual lo envi&#243; a sus tierras, a cuidar cerdos. 16&#201;l habr&#237;a querido llenar su est&#243;mago con las algarrobas que com&#237;an los cerdos, pero nadie le daba nada. 17Entonces recapacit&#243; y se dijo: &#171;&#161;Cu&#225;ntos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, mientras yo estoy aqu&#237; muri&#233;ndome de hambre! 18Volver&#233; a mi padre y le dir&#233;: Padre, he pecado contra Dios y contra ti, 19y ya no merezco que me llames hijo; tr&#225;tame como a uno de tus jornaleros&#187;. 20Inmediatamente se puso en camino para volver a casa de su padre. A&#250;n estaba lejos, cuando su padre lo vio y, profundamente conmovido, sali&#243; corriendo a su encuentro, lo estrech&#243; entre sus brazos y lo bes&#243;.#Is 49,14-16; Jr 31,20; Os 11,3-4.8-9. 21El hijo empez&#243; a decir: &#171;Padre, he pecado contra Dios y contra ti, y ya no merezco que me llames hijo&#187;. 22Pero el padre orden&#243; a sus criados: &#171;&#161;R&#225;pido! Traed las mejores ropas y vestidlo, ponedle un anillo en el dedo y calzado en los pies.#(ver Za 3,4). 23Luego sacad el ternero cebado, matadlo y hagamos fiesta celebrando un banquete. 24Porque este hijo m&#237;o estaba muerto y ha vuelto a la vida; se hab&#237;a perdido y lo hemos encontrado&#187;. Y comenzaron a hacer fiesta.#Ef 2,1.5.</div><div class="p"> 25En esto, el hijo mayor, que estaba en el campo, regres&#243; a casa. Al acercarse, oy&#243; la m&#250;sica y los c&#225;nticos. 26Y llamando a uno de los criados, le pregunt&#243; qu&#233; significaba todo aquello. 27El criado le contest&#243;: &#171;Es que tu padre ha hecho matar el becerro cebado, porque tu hermano ha vuelto sano y salvo&#187;. 28El hermano mayor se irrit&#243; al o&#237;r esto y se neg&#243; a entrar en casa. Su padre, entonces, sali&#243; para rogarle que entrara. 29Pero el hijo le contest&#243;: &#171;Desde hace muchos a&#241;os vengo trabajando para ti, sin desobedecerte en nada, y t&#250; jam&#225;s me has dado ni siquiera un cabrito para hacer fiesta con mis amigos. 30Y ahora resulta que llega este hijo tuyo, que se ha gastado tus bienes con prostitutas, y mandas matar en su honor el becerro cebado&#187;. 31El padre le dijo: &#171;Hijo, t&#250; siempre has estado conmigo, y todo lo m&#237;o es tuyo.#(ver Jn 17,10). 32Pero ahora tenemos que hacer fiesta y alegrarnos, porque tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida; se hab&#237;a perdido y lo hemos encontrado&#187;.</div>
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 <div class="chapter ch16" data-usfm="LUK.16">
 <div class="label">16</div><div class="s1">Par&#225;bola del administrador astuto</div><div class="p"> 1Dijo tambi&#233;n Jes&#250;s a los disc&#237;pulos:</div><div class="p">&#8212;Un hombre rico ten&#237;a un administrador que fue acusado ante su amo de malversar sus bienes.#19,22-24; Mt 25,26. 2El amo lo llam&#243; y le dijo: &#171;&#191;Qu&#233; es esto que me dicen de ti? Pres&#233;ntame las cuentas de tu administraci&#243;n, porque desde ahora quedas despedido de tu cargo&#187;. 3El administrador se puso a pensar: &#171;&#191;Qu&#233; voy a hacer ahora? Mi amo me quita la administraci&#243;n, y yo para cavar no tengo fuerzas, y pedir limosna me da verg&#252;enza. 4&#161;Ya s&#233; qu&#233; voy a hacer para que, cuando deje el cargo, no falte quien me reciba en su casa!&#187;. 5Comenz&#243; entonces a llamar, uno por uno, a los deudores de su amo. Al primero le pregunt&#243;: &#171;&#191;Cu&#225;nto debes a mi amo?&#187;. 6Le contest&#243;: &#171;Cien barriles de aceite&#187;. El administrador le dijo: &#171;Pues mira, toma tus recibos y apunta solo cincuenta&#187;. 7Al siguiente le pregunt&#243;: &#171;&#191;T&#250; cu&#225;nto le debes?&#187;. Le contest&#243;: &#171;Cien sacos de trigo&#187;. Le dijo el administrador: &#171;Pues mira, toma tus recibos y apunta solo ochenta&#187;. 8Y el amo elogi&#243; la astucia de aquel administrador corrupto porque, en efecto, los que pertenecen a este mundo son m&#225;s sagaces en sus negocios que los que pertenecen a la luz.#Ef 5,8; 1 Ts 5,5 (ver Jn 8,12). 9Por eso, os aconsejo que os gan&#233;is amigos utilizando las riquezas de este mundo. As&#237;, cuando llegue el d&#237;a de dejarlas, habr&#225; quien os reciba en la mansi&#243;n eterna.#12,33 (ver 6,24). 10El que es fiel en lo poco, tambi&#233;n ser&#225; fiel en lo mucho; y el que no es fiel en lo poco, tampoco lo ser&#225; en lo mucho.#Mt 25,21-23 y par. 11De modo que si no sois fieles con las riquezas de este mundo, &#191;qui&#233;n os confiar&#225; la verdadera riqueza? 12Y si no sois fieles con lo ajeno, &#191;qui&#233;n os dar&#225; lo que os pertenece?</div><div class="s1">Dios y el dinero</div><div class="r">(Mt 6,24)</div><div class="p"> 13Ning&#250;n criado puede servir a dos amos al mismo tiempo, porque aborrecer&#225; al uno y apreciar&#225; al otro, o ser&#225; fiel al uno y del otro no har&#225; caso. No pod&#233;is servir al mismo tiempo a Dios y al dinero.</div><div class="s1">La ley y el reino de Dios</div><div class="r">(Mt 11,12-13)</div><div class="p"> 14Todas estas cosas las o&#237;an los fariseos, que eran amigos del dinero, y se burlaban de Jes&#250;s. 15&#201;l les dijo:</div><div class="p">&#8212;Vosotros pretend&#233;is pasar por gente de bien delante de los dem&#225;s, pero Dios sabe lo que hay en vuestro coraz&#243;n; y aquello que la gente juzga valioso, para Dios es solo basura.#18,9; 20,20; Mt 23,28. 16La ley de Mois&#233;s y las ense&#241;anzas de los profetas tuvieron plena vigencia hasta que vino Juan el Bautista; desde entonces se anuncia el reino de Dios y todos se oponen con violencia a &#233;l. 17M&#225;s f&#225;cil es que dejen de existir el cielo y la tierra que se pierda una sola coma de la ley.#21,23; Mt 5,18.</div><div class="s1">Sobre la separaci&#243;n conyugal</div><div class="p"> 18El que se separe de su mujer para casarse con otra, comete adulterio. Y tambi&#233;n comete adulterio el que se case con una mujer separada.#Mt 5,32; 19,9; 1 Co 7,10-11.</div><div class="s1">El rico glot&#243;n y L&#225;zaro el mendigo</div><div class="p"> 19Jes&#250;s prosigui&#243;:</div><div class="p">&#8212;Hab&#237;a una vez un hombre rico que vest&#237;a de p&#250;rpura y fin&#237;simo lino, y que todos los d&#237;as celebraba grandes fiestas. 20Y hab&#237;a tambi&#233;n un pobre, llamado L&#225;zaro, que, cubierto de llagas, estaba tendido a la puerta del rico. 21Deseaba llenar su est&#243;mago con lo que ca&#237;a de la mesa del rico y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas.#Mt 15,27 y par. 22Cuando el pobre muri&#243;, los &#225;ngeles lo llevaron al seno de Abrah&#225;n. Tiempo despu&#233;s muri&#243; tambi&#233;n el rico, y fue enterrado. 23Y sucedi&#243; que, estando el rico en el abismo, levant&#243; los ojos en medio de los tormentos y vio a lo lejos a Abrah&#225;n y a L&#225;zaro en su compa&#241;&#237;a. 24Entonces exclam&#243;: &#171;&#161;Padre Abrah&#225;n, ten compasi&#243;n de m&#237;! &#161;Env&#237;ame a L&#225;zaro, que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque sufro lo indecible en medio de estas llamas!&#187;. 25Abrah&#225;n le contest&#243;: &#171;Amigo, recuerda que durante tu vida terrena recibiste muchos bienes, y que L&#225;zaro, en cambio, solamente recibi&#243; males. Pues bien, ahora &#233;l goza aqu&#237; de consuelo y a ti te toca sufrir.#6,21.24-25. 26Adem&#225;s, entre nosotros y vosotros se abre una sima infranqueable, de modo que nadie puede ir a vosotros desde aqu&#237;, ni desde ah&#237; puede venir nadie hasta nosotros&#187;. 27El rico dijo: &#171;Entonces, padre, te suplico que env&#237;es a L&#225;zaro a mi casa paterna 28para que hable a mis cinco hermanos, a fin de que no vengan tambi&#233;n ellos a este lugar de tormento&#187;. 29Pero Abrah&#225;n le respondi&#243;: &#171;Ellos ya tienen lo que han escrito Mois&#233;s y los profetas. Que los escuchen&#187;. 30El rico replic&#243;: &#171;No, padre Abrah&#225;n, solo si alguno de los que han muerto va a hablarles, se convertir&#225;n&#187;. 31Abrah&#225;n le contest&#243;: &#171;Si no quieren escuchar a Mois&#233;s y a los profetas, tampoco se convencer&#225;n aunque resucite uno de los que han muerto&#187;.#(ver 10,13; Jn 5,46-47; 20,29).</div>
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