El hogar minimalistaMuestra

Recibiendo más de lo que damos
El minimalismo no se trata de quitarte algo; se trata de darte algo. Mi definición de minimalismo es “la priorización intencional de las cosas que más valoramos y la eliminación de cualquier cosa que nos distraiga de ellas”. Minimizar es en realidad optimizar, reducir el número de tus posesiones para que puedas nutrir lo que más valoras en la vida y no distraerte con nada que te impida vivir el propósito de Dios. Es personal, liberador y promueve la vida.
Te darás cuenta de que minimizar tu hogar cambia tus actitudes respecto a qué te aferras y qué regalas. Es decir, fomenta la gratitud y la generosidad. Ambas actitudes pueden ayudarte a convertirte en la persona que quieres ser.
Cuando no solo no tienes demasiadas cosas, sino que tampoco quieres demasiadas cosas, experimentas un contentamiento que la persona que se obsesiona con los dispositivos más modernos o que acumula cada vez más muebles nunca conocerá. Cuando tus posesiones se reducen solamente a las cosas que necesitas, entonces no solo las notas más, sino que también las aprecias más. Sientes satisfacción y paz. La gratitud surge en tu interior, y esa es una cualidad mucho más atractiva que la codicia. La gratitud también nos recuerda que tenemos mucho para dar a los demás.
Eso nos lleva a la generosidad. El minimalismo te permite vivir un estilo de vida más altruista. Si ya no estás tratando de vivir una vida de obtener, obtener y obtener , puedes comenzar a vivir una vida de dar, dar y dar. Te conviertes en una persona generosa, el tipo de persona que riega ese mundo nuestro tan reseco.
Al principio, esto significa donar las posesiones que te sobren. Encontrarás una gran alegría en donar a otros. Espero que veas que la generosidad trae sus propias recompensas—que te agrada cómo te hace sentir el acto de dar.
Posteriormente, buscarás más oportunidades para ser generoso. Usarás parte del dinero sobrante que tienes para apoyar causas y ministerios en los que crees. Usarás la disponibilidad que has creado en tu agenda para servir y ser voluntario. Segunda de Coríntios nos dice que Dios ama “el dador alegre” (2 Coríntios 9:7). Lo bueno de la generosidad es que una vez empiezas a regalar cosas, no puedes contener la alegría que sientes.
¿Cuándo has experimentado la alegría de ser generoso? ¿Por qué crees que obtenemos tanta satisfacción al dar dinero y posesiones a otros?
Escritura
Acerca de este Plan

El autor Joshua Becker ha visto que algo hermoso sucede cuando las personas reajustan la cantidad de cosas que poseen—en el proceso, las personas mismas cambian. Entonces, aunque este devocional se trata de reducir tus cosas, ¡descubrirás que poseer menos también significa renovarte a ti mismo! A medida que reduces la cantidad de cosas que posees, te sorprenderás de cómo tu fe, sentido de propósito y espíritu de generosidad crecen en abundancia.
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