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¿FELIZ EN EL DOLOR?

Pablo nos dice que cuando la tristeza lleva al arrepentimiento, es digno de regocijo. Piensa en ello. Podemos regocijarnos en medio de la tristeza porque sabemos que es parte del plan de Dios para la salvación y santificación de nuestros hijos. Dios está trabajando en sus vidas.

Sin embargo, a veces cuando mis hijos ignoran mi consejo y recogen las consecuencias de una mala decisión, estoy tentado a regocijarme porque yo tenía la «razón». Quiero decir «ya te lo dije», porque mi motivación es egoísta. Quiero ser visto como el experto de la familia.

En vez de dejar a Dios que trabaje, mi orgullo interfiere y se convierte en la fuente de frustración y de enfado con mis hijos. Se requiere autocontrol para no interferir en la obra de Dios trayendo lecciones dolorosas con observaciones autoglorificantes.Confía en Dios. Permite que tus consecuencias lleven a tus hijos al arrepentimiento en lugar de rumiar los problemas errores y recordándoles tu «sabiduría».