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LIDERAZGO BAJO ESTRÉS

Buenos líderes poseen una fuerza y una fe interna que les permite ser pacientes y tranquilos. José fue un líder así. En tres ocasiones separadas, obedeció las instrucciones de un ángel del Señor a pesar de que su obediencia tuvo un gran costo personal y financiero. En medio de circunstancias aterradoras, las acciones de José no parecían que se guiasen por el pánico o el miedo. En cambio se guió a si mismo de una manera que reflejaba su profunda fe y convicción en Dios.

Cuando tenemos de en Dios, las circunstancias ya no nos determinan nuestra paz o alegría. Somos capaces de ser pacientes y esperar en el tiempo de Dios en ves de forzar nuestra propia agenda.

Si te encuentras a menudo abrumado y atemorizado cuando guías a tu familia, recuerda dónde has puesto tu confianza. Pocos de nosotros seremos desafiados a obedecer de una manera tan dramática como José, pero podemos dejar que este ejemplo de fe nos inspire a llevar a nuestras familias a la calma y la fe.

Deja que tu fe te dé la fuerza que permite que lideres con paciencia y tranquilidad.