¡La Decisión más Grande de tu Vida!Muestra

“La   Salvación: La parte de Dios y su parte”

Su salvación   reúne dos decisiones importantes. La primera decisión es la que Dios hizo   hace mucho tiempo para enviar a su Hijo al mundo para ser nuestro único   Salvador. El segundo es su decisión de recibir a su Hijo como TU Salvador.

“Porque   por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don   de Dios; - no por obras, para que nadie se gloríe.” Efesios 2:8-9

La GRACIA   se define como el beneficio inmerecido u obsequiado. La gracia es la   participación de Dios en la salvación, y extiende Su favor a la humanidad en   forma del regalo perfecto: Jesucristo. A través de la cruz, Jesús hizo el   pago completo por la pena de nuestros pecados. Y a través de Jesús, la gracia   personificada de Dios, no se nos exige ninguna cantidad de buenas obras, ni podríamos   pagarla jamás. No podemos ganar nuestra salvación; es un regalo gratuito   disponible para todos, que no requiere ningún pago de nuestra parte.

La FE se   define como la evidencia de que algo existe a pesar de que no se puede ver ni   tocar físicamente. La fe es necesaria para nuestra parte en la salvación, y   por fe, como un acto de nuestra voluntad, elegimos entregar nuestras vidas a   Dios al hacer de Jesús el Señor de nuestra vida. Habiendo recibido por fe la   gracia de Dios a través de Jesucristo, indudablemente estás destinado para   una eternidad con Dios en el cielo. ¡Puedes estar 100% seguro de ello!

Si bien   las buenas obras no pueden obtener nuestra salvación, juegan un papel   importante en la vida cristiana después de que hemos recibido a Jesús.

“Porque   somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales   Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.” Efesios 2:10

Dios   tiene un propósito específico para cada una de nuestras vidas, cuyos detalles   se encuentran en gran parte entre usted y él. Pero Dios tiene un propósito   común para todos Sus hijos, y es que ponemos nuestra fe en acción haciendo   buenas obras. Cuando lo hacemos, cumplimos una parte importante del plan de   Dios para nuestras vidas, y tenemos el privilegio de mostrar su amor a los   demás. La salvación es tanto un nuevo comienzo como un final y es motivo de   celebración. ¡Eres es una nueva creación, cambiada para siempre!