El Latido del Corazón de DiosMuestra

LA PALABRA

Juan 1:1

Oh Dios, Tú eres la Palabra. Desde el principio de los tiempos, tus palabras han traído luz y vida. Tú hablas y sucederá ciertamente; Tú ordenas y seguramente se cumplirá. La voz del Señor resuena sobre las aguas; el Dios de la gloria truena... la voz del Señor es poderosa, la voz del Señor es majestuosa. Oh poderoso y majestuoso Dios, ¡pensar que Tú, la Palabra, te hiciste carne y habitaste entre nosotros... has traído luz y vida a los hombres! Y me regocijo porque mi corazón y mente han sido cautivados por tu Palabra, Jesucristo. Gracias por convertirte en la Palabra viva y activa en esta tierra. Ayúdame a seguir tus pasos para que pueda aprender de tus caminos. Oh, que pueda conocerte! Humildemente te agradezco que ahora, hoy, pueda tener en mis manos la Palabra de Vida; ¡ayúdame a tenerla en mi corazón! Jesús, mi Salvador y amigo, te alabo por hablarme palabras que son más cortantes que cualquier espada de dos filos. ¡Continúa perforando mi corazón con tu voz de luz, vida y amor! Porque sé y creo: la ley del Señor es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del Señor es seguro, que hace sabio al sencillo. Los preceptos del Señor son rectos, que alegran el corazón; el mandamiento del Señor es puro, que ilumina los ojos. Deseo tu Palabra; necesito tu Palabra.

© Chris Baxter 2014 - Clear Day Publishing