Corazón de adoraciónMuestra

Adorador apasionado

David tenía un profundo sentimiento de que era amado por Dios. De hecho, ese sentimiento está tras la grandeza de David. Debido a que se sentía tan profundamente amado por Dios, David era un adorador apasionado. Porque se sentía tan amado por Dios, David podía confiar en Él en medio de problemas abrumadores, como tener que luchar contra el gigante Goliat. Debido a que David se sentía tan amado por Dios, pudo creer en la gracia y el perdón de Dios cuando pecó horriblemente.

Porque David se sentía tan amado por Dios podía escribir líneas como estas:

«El Señor es mi pastor, nada me faltará. Aunque camine por el valle de la sombra de la muerte, no temeré al mal, porque Tú estás conmigo; tu vara y tu bastón me consuelan. Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y viviré en la casa del Señor para siempre.»

El sentimiento de que Dios le amaba profundamente fue la fuente del corazón de David para Dios. David se sintió tan amado por su Dios que pudo orar: «Señor, tu amor es mejor que la vida. Señor, tu amor es más importante para mí que la vida misma. Señor, si tengo que elegir entre tu amor y la vida misma, elijo tu amor. Prefiero morir antes que no tener tu amor.»

Para David, esto no era solo un discurso religioso. No era teórico. La vida de David estaba en peligro. Y sin embargo, exclama: «Señor, tu amor significa más para mí que la vida misma.»

San Agustín una vez hizo la pregunta: «¿Si Dios se acercara a ti y te ofreciera satisfacer todas tus necesidades, pero te dijera que nunca verías su rostro, ¿cómo responderías?»

Para David esto hubiera sido una obviedad. Para David el amor constante de Dios era mejor que el resto de la vida. ¿Y para ti? ¿Has probado el rico amor de Dios que te envuelve? ¿Te has encontrado con la inquebrantable ternura de Jesús? ¿Te ha abrumado y deslumbrado su amor? Señor, tu amor es mejor que la vida. Por lo tanto, te alabaré.