DivorcioMuestra

Este tema en particular afecta al menos a la mitad de las personas que lo leen. Si estás consultando este plan de lectura, es muy probable que tú mismo estés lidiando con padres divorciados o tratando de ayudar a un amigo. Digamos esto para que conste. Dios odia el divorcio, pero no odia a las personas que se han divorciado. Como hijo, nunca es tu culpa que tus padres se divorcien. Aunque no parece justo que tengas que vivir con los errores de otros, sigues siendo responsable de lo que crees y de cómo te comportas con tus padres. Deja que la Palabra de Dios te proporcione alguna dirección en lo que se refiere a la realidad del divorcio.