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Gracia Salvadora

Regresemos al principio del ministerio de Pablo, cuando Dios puso el fundamento de la alegría de Pablo. Dios no sólo cambió el corazón de Pablo, sino que también lo apartó como apóstol, dándole el llamado de autoridad en la iglesia y, más tarde, el privilegio de escribir las mismas palabras de la Escritura. Dios intervino y transformó la vida de este hombre, poniéndolo en el camino de compartir las buenas noticias de Jesús con los que no eran de la fe judía. Dios preparó un ministerio para Pablo y preparó a Pablo para el ministerio. Pablo pasó de perseguidor a predicador y a perseguido.

Aunque es poco probable que experimentemos una luz cegadora en el camino a Damasco como lo hizo Pablo, cada uno de nosotros tiene una historia de fe que es un milagro a su manera. Tu historia puede ser tan dramática como la de Pablo, o puedes haber experimentado un lento despertar a la fe. Dios nos llama a cada uno de nosotros de diferentes maneras. Cualquiera que sea la forma en que Él haya obrado en tu vida, la buena noticia es que las escamas que una vez te cegaron cayeron de tus ojos espirituales. Dios ha preparado un ministerio para ti y te ha preparado para un ministerio a otros.

Pablo conoció a una gran variedad de personas durante su estancia en Filipos. Lidia, por ejemplo, era una mujer de negocios de Tiatira, lo suficientemente rica como para invitar a Pablo y a sus compañeros a su casa. Pablo también conoció a una esclava, a compañeros de prisión y a un guardia romano que compartió el evangelio con toda su casa.

Hombres y mujeres, ricos y pobres, religiosos y no religiosos, con conexiones políticas y enemigos del estado. La buena noticia del evangelio es que es para todos. Nadie es tan bueno que no necesite el evangelio, y nadie está tan perdido que el evangelio no pueda encontrarlo.

Tómate un tiempo hoy para reflexionar sobre tu propia historia de salvación. Tal vez estés en el comienzo de la comprensión de la gracia salvadora de Dios. O tal vez conozcas a alguien que necesita escuchar las buenas noticias del evangelio. Ora para que el Señor abra su corazón.

Si bien el libro de Filipenses registra una conversación entre Pablo y sus hermanos y hermanas en Filipos, toda la Palabra de Dios es una carta entre Dios y su pueblo, ya que Él se revela a través de los tiempos para que todos puedan llegar a Él.

¿A quién está utilizando Dios en tu vida para acercarte a Él?