Ayuna como DanielMuestra

Juega a la ofensiva

El día de hoy es todo un plan. 

Has estado haciendo las cosas como Daniel, cumpliendo con tu Plan de lectura y dando espacio a Dios persistentemente en la oración, orando tres veces al día, y esto va a hacer que tus enemigos se manifiesten.

Estoy, por supuesto, describiendo la vida de Daniel. Estás a punto de leer cómo sus enemigos le tendieron una trampa, y él fue directo a ella. Están consiguiendo todo lo que querían. Daniel es llevado a la guarida de los leones.

¿No los ves sacando fotos de él con sus teléfonos y publicándolas en Instagram y Facebook, compartiendo historias en Snapchat, e incluso publicándolas en Twitter con la cara del meme de Michael Jordan llorando y con el hashtag #GuaridaDeLosLeones #AtrápenmeDentro? 

Excepto por una pequeña cosa: el momento de su mayor victoria fue el momento en que Dios creó una oportunidad sin igual para Daniel. ¡Todo un plan!

Vas a ver que el rey de una nación pagana fue tan influenciado por el poder de Dios en la vida de Daniel que oró y ayunó por él. ¿Puedes creerlo? ¿Cómo es posible?

Creo que es porque Daniel deja que su defensa prepare su ataque.

Los Golden State Warriors, campeones de la NBA en 2017, utilizaron su asfixiante defensa para ayudar a potenciar su ataque. Cada vez que detenían el juego del equipo contrario, bloqueaban un tiro o forzaban una pérdida del balón, corrían por la pista para intentar conseguir puntos fáciles antes de que sus rivales pudieran prepararse. 

No se limitaron a jugar a la defensiva, con la esperanza de evitar que el otro equipo marcara; utilizaron su defensa para crear oportunidades para su ataque.

Esta es la traducción para la vida cristiana: no basta con intentar no parecerse al mundo. Tienes que dejar que tus diferencias brillen tan intensamente para los que te rodean que se cree una oportunidad para que Dios se manifieste.

No podemos cambiar el mundo mientras nos escondemos; tenemos que estar ahí fuera en él. Cuando nuestras vidas son diferentes porque tenemos paz o alegría en medio de los problemas, es la oportunidad perfecta para convertir la defensa en ofensa, mostrando quién es nuestro Dios y cómo está obrando en nuestras vidas. 

Las verdaderas estrellas no compiten con otras porque entienden que hay espacio en el cielo para que todos brillen. 

¿Tu defensa está creando oportunidades para tu ataque? Si no es así, es hora de que ajustes tu libro de jugadas.