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ISAÍAS 9

9
1ay el oprimido no podrá escapar.#9.1a Y el oprimido no podrá escapar: otra posible traducción: Mas ya no habrá tinieblas para el que sufre angustia. #9.1a Los vs. 9.1-21 corresponden a los vs. 8.23–9.20 del texto hebreo.
El Príncipe de la paz#9.1b-7 La opresión y la desesperación (8.21-22) se contraponen al gozo y la esperanza (9.2-7).
1bAl principio, Dios humilló a Galilea, tierra de Zabulón y de Neftalí,#9.1b Las tribus de Zabulón y de Neftalí ocupaban el territorio situado al noroeste de Galilea y habían soportado duramente las invasiones de Tiglat-piléser III, hacia el año 733 a.C. (2 R 15.29). Véase Índice de mapas. región vecina a los paganos, que se extiende desde el otro lado del Jordán hasta la orilla del mar; pero después le concedió mucho honor.
2El pueblo que andaba en la oscuridad
vio una gran luz;
una luz ha brillado#9.2 La luz simboliza la salvación (véase Is 60.1 nota b), pero en este contexto parece aludir a la llegada del nuevo rey. En 2 S 23.2-3 se compara al rey que gobierna con justicia con la luz del alba; y el Sal 110.3 habla del rey, en el día de su entronización, como del rocío que nace de la aurora.
para los que vivían en tinieblas.#9.1-2 Estos vs. se citan en Mt 4.15-16; el v. 2 también se cita en Lc 1.79.
3Señor, has traído una gran alegría;
muy grande es el gozo.#9.3 Has traído... gozo: texto probable; heb. has hecho crecer la nación, pero no has aumentado la alegría.
Todos se alegran delante de ti como en tiempo de cosecha,
como se alegran los que se reparten grandes riquezas.
4Porque tú has destruido
la esclavitud que oprimía al pueblo,
la opresión que lo afligía,
la tiranía a que estaba sometido.
Fue como cuando destruiste a Madián.#9.4 Como cuando destruiste a Madián: lit. como en el día de Madián, es decir, cuando los israelitas, al mando de Gedeón, derrotaron a los madianitas (Jue 7–8; cf. Sal 83.9). La mención de este día es muy sugestiva, porque indica que la victoria anunciada por el profeta también se debe a una intervención de Dios y no al poderío de las armas (cf. Is 10.24-27).
5Las botas que hacían resonar los soldados,
y los vestidos manchados de sangre,
serán quemados, destruidos por el fuego.#9.5 El v. introductorio (véase Is 9.1b nota d) sugiere que esta referencia a las botas de los soldados y a las ropas manchadas de sangre tiene un trasfondo histórico determinado: se trata del ejército asirio, que invadió y conquistó parte del territorio israelita.
6Porque nos ha nacido un niño,
Dios nos ha dado un hijo,#9.6 Dios nos ha dado un hijo: Cuando el rey de Judá tomaba posesión del trono, se convertía en hijo de Dios por adopción (véanse 2 S 7.14; Sal 2.7 nota g; 89.26-27). Por eso, buena parte de los intérpretes modernos consideran que aquí no se trata del nacimiento físico del heredero real, sino de su nacimiento como rey, es decir, de su entronización. Más tarde, cuando el pueblo de Israel ya no tuvo más reyes, este pasaje fue reinterpretado a la luz de Is 7.14; Miq 5.2-3, y referido al nacimiento del Mesías. Véase la Introducción a los Salmos (3) (d).
al cual se le ha concedido el poder de gobernar.#9.6 Se le ha concedido el poder de gobernar: lit. el principado (o la soberanía) sobre su hombro: probable alusión al manto real, que era símbolo del poder (cf. Mt 27.28-29; Jn 19.2-3).
Y le darán estos nombres:
Admirable en sus planes, Dios invencible,
Padre eterno, Príncipe de la paz.
7Se sentará en el trono de David;
extenderá su poder real a todas partes
y la paz no se acabará;
su reinado quedará bien establecido,
y sus bases serán la justicia y el derecho
desde ahora y para siempre.#9.7 Cf. Lc 1.32-33.
Esto lo hará el ardiente amor del Señor todopoderoso.
Ira del Señor contra el reino de Israel#9.8–10.4 Esta sección contiene cuatro mensajes distintos (vs. 8-12,13-17,18-21; 10.1-4), con un refrán que se repite al final de cada uno de ellos. Según algunos comentaristas, Is 5.25-30, que contiene el mismo refrán, también formaba parte de esta sección, pero fue separado de ella cuando el libro recibió su forma actual (véase Is 5.8-30 n.). Los tres primeros mensajes se dirigen a Israel, el reino del norte; el cuarto parece estar dirigido a Judá. Cf. la serie similar de mensajes en Am 4.6-12.
8El Señor ha enviado un mensaje a Israel,
al pueblo de Jacob;
9todo el pueblo de Efraín, que vive en Samaria,#9.8-9 Los nombres Israel y Efraín se usan aquí como sinónimos; ambos designan el reino del norte, cuya capital era Samaria (Is 7.2 n.). Al parecer, el profeta pronunció estas palabras antes de la destrucción de esta ciudad por los asirios, entre el 724 y el 722 a.C.
lo ha entendido.
Ellos dicen con orgullo y altanería:
10“Se han caído los ladrillos,
pero vamos a construir con piedra.
Han cortado las vigas de sicómoro,
pero las vamos a cambiar por madera de cedro.”#9.10 Afirmación jactanciosa, basada, tal vez, en un dicho proverbial: si el enemigo destruía los viejos edificios, ellos construirían otros mejores. Ladrillos o adobes, ya que la piedra y el cedro solo se usaban en las casas de lujo y en los palacios de los reyes. Cf. Jer 22.15.
11El Señor ha hecho venir terribles enemigos;#9.11 Terribles enemigos: texto probable; heb. los enemigos de Resín.
él mismo les ha ordenado atacar:
12por oriente, los sirios;
por occidente, los filisteos.#9.12 En 734 a.C., los sirios se aliaron con Israel contra Judá (Is 7.1-17). Es probable que la alianza de los filisteos con Siria, en contra de Judá, se hubiese efectuado antes.
De un bocado se tragaron a Israel.
Sin embargo, la ira del Señor no se ha calmado;
él sigue amenazando todavía.
13Pero el pueblo no se volvió a Dios, que lo castigaba;
no buscó al Señor todopoderoso.
14Entonces el Señor trató al reino de Israel
como quien corta a un animal la cola y la cabeza,
como quien derriba palmeras y juncos por igual.
¡Todo esto en un solo día!
15(La cabeza representa a los ancianos y los jefes;
la cola, a los profetas que enseñan mentiras).
16Los jefes han extraviado a este pueblo,
y los que buscaban un guía se perdieron.
17Por eso el Señor no tuvo compasión#9.17 El Señor no tuvo compasión: según un ms. antiguo; otros mss. dicen el Señor no se regocijó. de los jóvenes,
ni misericordia de los huérfanos y las viudas.
Porque el pueblo entero es impío y perverso
y todos dicen disparates.
Sin embargo, la ira del Señor no se ha calmado;
él sigue amenazando todavía.
18La maldad hace estragos#9.18-21 La maldad dominante, la anarquía y la guerra civil son datos que apuntan al periodo del 743 al 737 a.C. en el reino del norte (2 R 15.8-26; cf. Os 7.3-7). El ataque contra Judá (v. 21) pudo haber tenido lugar hacia el 735 a.C. (véase Is 7.1-9 n.).
como un incendio que devora espinos y matorrales,
que luego quema los árboles del bosque
y los lanza por los aires entre torbellinos de humo.
19-20Por la ira del Señor todopoderoso,
el país está incendiado
y el fuego destruye al pueblo;
se comen la carne de sus propios hijos#9.19-20 Acerca de un periodo anterior igualmente conflictivo, cf. 2 R 6.24-33.
y no tienen compasión de sus hermanos.
Aquí hay uno que engulle y se queda con hambre;
allá hay otro que come y no se siente satisfecho.
21Manasés destruye a Efraín, y Efraín a Manasés,#9.21 Efraín y Manasés: dos de las tribus que pertenecían al reino de Israel. Véase Índice de mapas.
y ambos se lanzan contra Judá.
Sin embargo, la ira del Señor no se ha calmado;
él sigue amenazando todavía.

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