Logo de YouVersion
Icono de búsqueda

1 TESALONICENSES 2

2
1. El trabajo de Pablo en Tesalónica (2–3)#2.1-16 Después de haber estado Pablo en Tesalónica, algunos judíos que se oponían al evangelio empezaron a atacarle, propagando rumores que inducían a dudar de las intenciones y la conducta del apóstol. Pablo desmiente tales habladurías, y recuerda el amor que tanto él como sus colaboradores habían manifestado, y el trabajo desarrollado por él entre los cristianos de Tesalónica.
Recuerdos
1Hermanos, bien sabéis que la visita que os hicimos no fue en vano. 2Aunque, como también sabéis, antes habíamos sido insultados y maltratados en Filipos,#2.2 Hch 16.19-40. Dios nos ayudó a anunciaros su evangelio con todo valor y en medio de una fuerte lucha.#2.1-2 Hch 17.1-9. 3No estábamos equivocados en lo que predicábamos, ni tampoco hablábamos con mala intención ni con el propósito de engañar a nadie. 4Al contrario, Dios nos aprobó y nos confió el evangelio, y así es como hablamos. No tratamos de agradar a la gente,#2.4 Cf. Gl 1.10. sino a Dios, que examina nuestros corazones. 5Como sabéis, nunca os hemos halagado con bellas palabras ni nos hemos valido de pretextos para ganar dinero.#2.5 Hch 20.33. Dios es testigo de ello. 6Nunca hemos buscado honores de nadie: ni de vosotros ni de los demás. 7Muy bien podríamos haberos hecho sentir el peso de nuestra autoridad como apóstoles de Cristo; en cambio, fuimos como niños entre vosotros.#2.7 En vez de como niños, varios mss. dicen bondadosos. Como una madre que cría y cuida a sus hijos, 8así también os tenemos tanto cariño que hubiéramos deseado daros, no solo el evangelio de Dios, sino hasta nuestras propias vidas. ¡Tanto hemos llegado a quereros! 9Hermanos, acordaos de cómo trabajábamos y luchábamos para ganarnos la vida. Trabajábamos día y noche a fin de no ser una carga para ninguno de vosotros, y entre tanto os anunciábamos el evangelio de Dios.#2.9 2 Ts 3.8; cf. también Hch 18.3; 20.34; 1 Co 4.12; 2 Co 11.7.
10Testigos sois, y Dios también, de que nos hemos portado limpia, recta e irreprochablemente con vosotros los creyentes. 11-12También sabéis que os hemos animado y consolado a cada uno de vosotros, como hace un padre con sus hijos. Os hemos encargado que os portéis como deben hacerlo quienes pertenecen a Dios,#2.11-12 Cf. Ef 4.1; Flp 1.27; Col 1.10. el cual os ha llamado a tener parte en su propio reino y gloria.
13Por esto damos siempre gracias a Dios,#2.13 Pablo vuelve al tema de la acción de gracias (véase 1 Ts 1.2-10 n.). pues cuando escuchasteis el mensaje de Dios que os predicamos, lo recibisteis realmente como mensaje de Dios y no como mensaje de hombres. Y en verdad es el mensaje de Dios, que actúa con eficacia en vosotros los creyentes.#2.13 Actúa con eficacia en vosotros los creyentes: Cf. Ro 1.16; 1 Co 1.18. 14Hermanos, cuando sufristeis persecución a manos de vuestros paisanos,#2.14 Hch 17.5. os sucedió lo mismo que a las iglesias de Dios que están en Judea y que son de Cristo Jesús, pues también ellos fueron perseguidos por sus paisanos los judíos. 15Estos judíos mataron al Señor Jesús,#2.15 Hch 2.23; 7.52. como antes habían matado a los profetas, y nos echaron fuera a nosotros.#2.15 Hch 13.50; 14.2,5,19; 17.5,13; 18.12. No agradan a Dios y están en contra de todos, 16pues cuando queremos hablar a los que no son judíos, para que también se salven, nos lo impiden. De esta manera han llenado la medida de sus pecados. Pero ahora, por fin, el terrible castigo#2.16 El terrible castigo: lit. la ira. Mt 23.34-39. de Dios ha venido sobre ellos.
Deseos de una nueva visita
17Hermanos, durante este corto tiempo que hemos estado separados, aunque no os veíamos os teníamos siempre presentes en nuestro corazón y deseábamos ir a veros.#2.17 Pablo había tenido que salir de Tesalónica, para ir a otras partes de Grecia (Hch 17.10–18.11). 18Intentamos ir; por lo menos yo, Pablo, quise hacerlo en varias ocasiones, pero Satanás nos lo impidió.#2.18 No sabemos en qué ocasiones Pablo había intentado volver a Tesalónica, ni las causas que le impidieron hacerlo. 19Pues ¿cuál es nuestra esperanza, nuestra alegría y la razón de que nos sintamos orgullosos?#2.19 La razón ... orgullosos: lit. nuestra corona de orgullo. Sobre la imagen de la corona, véase 1 Co 9.25 nota r, y cf. Flp 4.1. ¡Vosotros mismos lo seréis cuando regrese nuestro Señor Jesucristo! 20Sí, vosotros sois nuestra gloria y nuestra alegría.

Actualmente seleccionado:

1 TESALONICENSES 2: DHHE

Destacar

Compartir

Copiar

None

¿Quieres tener guardados todos tus destacados en todos tus dispositivos? Regístrate o inicia sesión

YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. Al usar nuestro sitio web, acepta nuestro uso de cookies como se describe en nuestra Política de privacidad