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1 SAMUEL 25

25
Muerte y sepultura de Samuel
1Samuel murió, y todos los israelitas se reunieron para llorar su muerte. Lo enterraron en su casa, en Ramá. Después David se fue al desierto de Parán.#25.1 El desierto de Parán se encontraba al sur de Canaán, en la península del Sinaí (cf. Nm 10.12; véase también Nm 20.1 nota b), es decir, en una región muy alejada de los lugares mencionados en los caps. 22–26. Por tanto, lo más probable es que David se haya refugiado en el desierto de Maón (véase 1 S 23.24 n.), como lo indica la versión griega (LXX). De todas maneras, el relato siguiente indica que David residía en el desierto de Maón (cf. v. 2). Véase Índice de mapas.
David y Abigail
2Había en Maón un hombre muy rico, dueño de tres mil ovejas y mil cabras, que tenía sus negocios en la ciudad de Carmel,#25.2 Carmel: Véase 1 S 15.12 n. donde acostumbraba trasquilar sus ovejas. 3Este hombre, que se llamaba Nabal y descendía de Caleb,#25.3 Nabal, por ser descendiente de Caleb, pertenecía a una importante tribu del sur que mantenía relaciones amistosas con Judá (cf. Nm 13.30–14.30; Jos 13.15-19; Jue 1.10-15). Un pacto con los calebitas era muy ventajoso para David, ya que esto le permitiría extender su liderazgo a otro de los grupos que poblaban las montañas de Judá. De hecho, él será consagrado rey en Hebrón, la ciudad más importante en el área ocupada por la tribu de Caleb (cf. Jue 1.20; 2 S 2.1-4). era rudo y de mala conducta. En cambio, Abigail, su esposa, era hermosa e inteligente.
4-5Cuando David, en el desierto, supo que Nabal se encontraba en Carmel trasquilando sus ovejas,#25.4-5 Trasquilando sus ovejas: Este era tiempo de fiesta y regocijo (cf. 2 S 13.23-24), en el que se acostumbraba a regalar animales y otros objetos a las personas necesitadas. envió a diez de sus criados con la orden de saludar a Nabal de su parte 6y darle el siguiente mensaje: “Recibe, hermano mío,#25.6 Hermano mío: traducción probable; otra posible traducción: ¡Salud! mis mejores deseos de bienestar para ti y tu familia y todos los tuyos. 7He sabido que te encuentras trasquilando tus ovejas. También tú sabrás que tus pastores han estado en Carmel con nosotros, y que mientras ellos estuvieron con nosotros nunca se les molestó ni se les quitó nada. 8Puedes preguntárselo a tus criados, y ellos te lo confirmarán. Por esa razón te ruego que tengas ahora consideración con estos muchachos, que en buen momento llegan, y que nos des, tanto a ellos como a mí, lo que tengas a mano, pues soy como tu hijo.”
9Los criados de David fueron y transmitieron este recado a Nabal, y se quedaron esperando la respuesta. 10Pero Nabal les contestó:
–¿Quién es David? ¿Quién es ese hijo de Jesé? ¡Hoy en día son muchos los esclavos que andan huyendo de sus dueños! 11¿Acaso voy a tomar la comida, la bebida y la carne que he preparado para mis trasquiladores, y voy a dárselas a gente que no sé ni de dónde es?
12Los criados de David tomaron el camino de regreso, y cuando llegaron ante David le contaron todo lo que Nabal había dicho. 13Entonces David ordenó a sus hombres:
–¡Todos a las armas!
Sus hombres se pusieron la espada al cinto, lo mismo que David; y así cuatrocientos hombres se fueron con él, mientras que otros doscientos se quedaron cuidando el bagaje. 14Pero uno de los criados de Nabal fue a decirle a Abigail, la mujer de Nabal:
–Desde el desierto, David envió unos mensajeros a saludar a nuestro amo, pero él reaccionó muy groseramente. 15Sin embargo, esos hombres se han portado muy bien con nosotros. Durante todo el tiempo que anduvimos con ellos por el campo, nunca nos molestaron ni nos quitaron nada. 16Al contrario, de día y de noche nos protegían, tanto a nosotros como a nuestros rebaños.#25.16 Este v. alude a una táctica común a todas las épocas: las bandas armadas brindan protección a los que les hacen “regalos” y amenazan o destruyen a los que se los niegan (cf. v. 7). 17Pero como tu marido tiene tan mal carácter, que ni siquiera se puede hablar con él, piensa y ve lo que te conviene hacer, porque con toda seguridad va a venir algo malo contra tu marido y contra toda su familia.
18Dándose prisa, Abigail tomó doscientos panes, dos odres de vino, cinco ovejas asadas, unos cuarenta litros de grano tostado, cien tortas de uvas pasas y doscientas tortas de higos secos; luego lo cargó todo en asnos 19y dijo a sus criados:
–Adelantaos, que yo os seguiré más tarde.
Sin decir nada de esto a su marido, 20Abigail montó en un asno y, a escondidas, comenzó a bajar del monte. De pronto vio que David y sus hombres venían a su encuentro, y fue a recibirlos.
21David venía pensando que en vano había protegido todo lo que Nabal tenía en el desierto, sin quitarle nada de su propiedad, pues él le había pagado mal por bien. 22Así que juró: “¡Que Dios me castigue con dureza#25.22 Me castigue con dureza: según la versión griega (LXX). Heb. castigue con dureza a los enemigos de David. si de aquí a mañana no acabo con todos sus parientes varones!”
23En cuanto Abigail vio a David, bajó del asno y se inclinó hasta el suelo en señal de respeto. 24Luego se echó a sus pies y le dijo:
–¡Que la culpa, mi señor, recaiga sobre mí! Yo te ruego que me permitas hablarte y que escuches mis razones. 25No hagas caso de Nabal, ese hombre grosero, porque él, haciendo honor a su nombre,#25.25 En hebreo, Nabal significa estúpido. es realmente un estúpido. Siempre actúa con estupidez. Yo, tu servidora, no vi a los criados que enviaste. 26Sin embargo, con toda seguridad, el Señor no ha permitido que tú vengas a derramar sangre y a tomarte la justicia por tu mano. ¡Quiera el Señor que todos tus enemigos y todos los que procuran hacerte daño corran la misma suerte que Nabal! 27Y ahora te ruego que estos regalos que te he traído sean repartidos entre los criados que te acompañan, 28y que perdones a esta tu servidora. Ciertamente el Señor va a mantenerte en el poder, a ti y a tu dinastía,#25.28 El Señor... en el poder, a ti y a tu dinastía: Cf. 2 S 7.16; 1 R 11.38. ya que tú luchas por la causa del Señor; y en toda tu vida no sufrirás ningún mal. 29Si alguien te persigue e intenta matarte, tu vida estará segura bajo la protección del Señor tu Dios. En cuanto a tus enemigos, el Señor los arrojará como quien arroja piedras con una honda. 30Así pues, cuando el Señor haga realidad todo lo bueno que ha anunciado respecto a ti, y te nombre jefe de Israel, 31no tendrás el pesar ni el remordimiento de haber derramado sangre inocente ni de haberte tomado la justicia por tu mano. Y cuando el Señor te dé prosperidad, acuérdate de esta tu servidora.
32David le respondió:
–Bendito sea el Señor, Dios de Israel, que te envió hoy a mi encuentro, 33y bendita seas tú por tu buen juicio, porque hoy has evitado que yo llegue a derramar sangre y a tomarme la justicia por mi mano. 34Pero te juro por el Señor, el Dios de Israel, que ha evitado que yo te haga daño, que si no te hubieras apresurado a venir a mi encuentro, mañana no le quedaría a Nabal ni un solo varón vivo.
35Luego David recibió de manos de ella lo que le había llevado, y le dijo:
–Puedes irte tranquila a tu casa. Como ves, he atendido a tus razones y te he concedido lo que me pediste.
36Cuando Abigail volvió adonde estaba Nabal, le encontró celebrando en la casa un banquete digno de un rey. Le vio muy contento y completamente borracho, y por eso no le dijo nada hasta el día siguiente. 37A la mañana siguiente, cuando ya se le había pasado la borrachera a Nabal, Abigail le explicó claramente lo ocurrido, y Nabal sufrió un ataque repentino que le dejó paralizado. 38Diez días después, el Señor le hirió de nuevo, y Nabal murió. 39Cuando David supo que Nabal había muerto, dijo:
–¡Bendito sea el Señor, que me ha vengado de la ofensa que me hizo Nabal! ¡Me ha librado de hacer lo malo, y ha hecho recaer la maldad de Nabal sobre el propio Nabal!
Después David envió a Abigail una proposición de matrimonio. 40Y cuando los criados de David llegaron a Carmel para hablar con ella, le dijeron:
–David nos ha enviado a buscarte, porque quiere hacerte su esposa.
41Abigail, inclinándose hasta el suelo en actitud de reverencia, contestó:
–Yo soy una simple servidora de David, dispuesta a lavar los pies de sus esclavos, si él así me lo ordena.
42Dicho esto, se preparó rápidamente, y acompañada por cinco criadas y montada en un asno, se puso en camino tras los enviados de David, y se casó con él.
43David se casó también con Ahinóam de Jezreel,#25.43 Jezreel: Cf. Jos 15.55-56. y las dos fueron sus mujeres. 44Saúl había entregado su hija Mical, la mujer de David, a Paltí, el hijo de Lais, que era de Galim.

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