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DANIEL 11:2-35

DANIEL 11:2-35 BLP

Y ahora voy a revelarte la verdad. Tres reyes más aparecerán en Persia, y el cuarto será mucho más rico que los otros. Cuando haya crecido en poder gracias a su riqueza, incitará a todos contra el reino de Grecia. Después surgirá un rey batallador, que desplegará un poder inmenso y actuará a su capricho. Pero estando aún en el poder, su reino será destruido y repartido hacia los cuatro puntos cardinales. Mas no será para sus descendientes que no tendrán el poder que él había ejercido, pues su reino será arrancado de raíz y entregado a otros. Crecerá la fuerza del rey del sur, pero uno de sus generales llegará a ser más fuerte que él y gobernará sus propios dominios con un poder inmenso. Pasados algunos años, concertarán una alianza. La hija del rey del sur acudirá al rey del norte a ratificar la alianza; pero no conservará su poder ni su descendencia subsistirá, pues será entregada junto con su séquito, su hijo y quien la había servido de apoyo. Un retoño de sus raíces ocupará su lugar. Atacará al ejército del rey del norte y penetrará en sus fortalezas; luchará contra ellos y saldrá victorioso. Incluso se llevará consigo a Egipto, como botín, a sus dioses, sus ídolos de metal y otros valiosos utensilios de plata y oro. Durante algunos años dejará tranquilo al rey del norte. Después el rey del norte invadirá el país del rey del sur, pero acabará retirándose a su propio territorio. Sus hijos, sin embargo, romperán las hostilidades y congregarán un ejército inmenso, que barrerá todo como una impetuosa inundación; después uno de ellos regresará y seguirá combatiendo hasta la fortaleza. Entonces, el rey del sur se pondrá en marcha encolerizado y luchará contra el rey del norte, que movilizará un ejército enorme, pero acabará derrotado. La derrota del ejército enemigo llenará de orgullo al rey del sur, que mandará matar a miles de personas, aunque no conseguirá imponerse, pues el rey del norte movilizará una multitud mayor que la primera y, después de varios años, avanzará con un colosal ejército perfectamente pertrechado. En aquel tiempo se alzarán muchos contra el rey del sur. Gente violenta de tu propio pueblo se rebelará en cumplimiento de la visión, pero sin éxito. Entonces el rey del norte llegará, mandará construir terraplenes y acabará conquistando una ciudad fortificada. Las tropas del rey del sur serán demasiado débiles como para resistir; incluso lo mejor de su ejército carecerá de fuerzas para mantenerse. El invasor actuará a su capricho; nadie podrá hacerle frente. Se establecerá en la Tierra del Esplendor, que caerá por entero en su poder. Decidirá venir con la fuerza de todo su reino para establecer una alianza con el rey del sur; le dará una hija en matrimonio con el propósito de destruir el reino, pero sus planes no tendrán éxito ni le servirán de nada. Entonces dirigirá su mirada a las ciudades de las zonas costeras y se apoderará de algunas de ellas, pero un general acabará poniendo fin a su insolencia haciendo que esta recaiga sobre él. Después de esto, regresará a las fortalezas de su país, pero tropezará y caerá para no reaparecer. Su sucesor enviará a un cobrador de tributos para expoliar el esplendor del reino. Sin embargo, será destruido en pocos años, sin enfados ni luchas. Ocupará su lugar en el trono una persona despreciable, a quien nadie le ha concedido el honor de la realeza. Invadirá el reino cuando sus habitantes estén confiados y se hará con él mediante intrigas. Los ejércitos enemigos se desmoronarán ante él, y acabarán siendo aniquilados junto con el príncipe de la alianza. Usará la traición contra sus propios aliados y se hará con el poder con unos pocos efectivos. Cuando las provincias más ricas se sientan confiadas, las invadirá y llevará a cabo lo que no habían hecho ni sus padres ni sus abuelos: repartir el botín, los despojos y las riquezas entre sus seguidores. Planeará el ataque de las ciudades fortificadas, aunque por breve tiempo. Desplegará todo su poder y su coraje para atacar al rey del sur con un gran ejército. El rey del sur le hará frente con un ejército enorme y muy poderoso, pero no podrá resistir a causa de las conspiraciones urdidas contra él, pues hasta sus propios comensales intentarán destruirlo. Su ejército será aniquilado y muchos caerán en el campo de batalla. Los dos reyes, urdiendo planes funestos, se sentarán a la misma mesa y se intercambiarán mentiras, pero nada de lo que planeen tendrá éxito, pues el fin solo llegará en el tiempo fijado. El rey del norte volverá a su país con grandes riquezas, pero planeando hacer frente a la santa alianza, proyecto que llevará a cabo antes de regresar. Volverá e invadirá el sur en el tiempo fijado, pero esta vez las cosas no serán como la vez anterior, pues lo atacarán naves de Quitín. Él se acobardará y huirá, pero desfogará su cólera contra la santa alianza. Y volverá a ponerse de acuerdo con los dispuestos a abandonar la santa alianza. Enviará tropas que ocuparán y profanarán el Templo y la ciudadela, y suprimirán el sacrificio permanente. Después instalarán la abominación devastadora. Corromperá con halagos a los que han violado la alianza, pero la gente que es leal a su Dios le hará frente con firmeza. La gente sabia del pueblo instruirá a muchos, aunque durante algún tiempo caerán víctimas de la espada, serán quemados o soportarán cautiverios y saqueos. Cuando caigan, recibirán poca ayuda; incluso algunos se unirán a ellos con falsedad. Algunos sabios caerán, pero eso les valdrá para ser probados, purificados y quedar sin mancha hasta que llegue el momento final, pues hay todavía un intervalo hasta el tiempo fijado.

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