—¡Al infierno tú y tu dinero! —le contestó Pedro—. ¿Cómo has podido imaginar que el don de Dios es un objeto de compraventa? No es posible que recibas ni tengas parte en este don, pues Dios ve que tus intenciones son torcidas. Arrepiéntete del mal que has hecho y pide al Señor que, si es posible, te perdone el haber abrigado tal pensamiento. Veo que la envidia te corroe y la maldad te tiene encadenado. Simón respondió: —Orad por mí al Señor para que nada de lo que habéis dicho me suceda.
Lee HECHOS 8
Compartir
Comparar todas las versiones: HECHOS 8:20-24
¡Guarda versículos, lee sin conexión, mira clips de enseñanzas y más!
YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. Al usar nuestro sitio web, acepta nuestro uso de cookies como se describe en nuestra Política de privacidad
Inicio
Biblia
Planes
Vídeos