Conexión VerticalSample

¡Sigue tu vocación! La vida está llena de decisiones. Desde que nos levantamos hasta que terminamos el día tenemos que hacer elecciones: A qué hora levantarnos, qué comer, qué vestirnos, si vamos en autobús o a pie, a dónde vamos, cómo reaccionamos y cientos decisiones más que hacen que nuestro día pueda ser bueno o malo. Casi siempre nos centramos en decidir qué hace r pero más que el hacer debemos buscar nuestra vocación, aquello que debemos ser. La vocación puede ser definida de muchas maneras, por ejemplo, como el impulso interno que nos lleva a hacer determinadas cosas, aquello que haces con pasión y que te define como persona, una profesión o carrera que nos apasiona y para la que somos aptos, contamos con las herramientas, los dones y talentos. Muchas veces, vamos deambulando por la vida sin saber cuál es nuestra vocación o tratamos de ser algo que no somos y nos resistimos firmemente a usar nuestros dones y talentos. Cuando eso sucede, las cosas nos resultan mucho más duras y nunca llegaremos a ser aquello que Dios quiere que seamos, no podemos alcanzar el propósito que él tiene para nuestras vidas. Tal vez, en nuestra mente humana nosotros vemos una carrera o una profesión, un título, status y muchas cosas más, pero más allá de eso, cuando Dios habla de cumplir nuestra vocación, hace referencia a llevar adelante el propósito por el cual fuimos creados. Tus dones y talentos no los tienes por casualidad, Dios te los dio con un propósito especial. Busca el propósito de Dios para tu vida, no te bases en tu conocimiento ni emociones. Imagínate cómo hubiera sido la historia si Moisés, Josué, David y los discípulos se hubieran basado en sus emociones y en su razonamiento humano, si no hubieran seguido y permanecido fieles al llamado que tenían; la historia de la humanidad hubiera sido diferente. No importa qué es lo que haces, con tu vida puedes bendecir a otros y darles vida siempre y cuando cumplas con tu llamado. Recuerda que Dios no te preguntará por qué no fuiste Moisés, José, Débora, Ruth o Juan el Bautista; Dios te preguntará por qué no fuiste tu, por qué no cumpliste tu llamado. “Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás”. 2 Pedro 1:10 Ana María Frege Issa Coordinadora Call Center