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Jeremías 6

6
El enemigo rodea a Jerusalén
1¡Gentes de la región de Benjamín,#6.1 Benjamín: Véase Jos 18.11 n.
¡busquen refugio, huyan de Jerusalén!
Toquen la trompeta#6.1 Cf. Jer 4.5. en Tecoa,#6.1 Tecoa: población situada a unos 20 km. al sur de Jerusalén, de la que procedía el profeta Amós (Am 1.1).
levanten una señal en Bet-haquérem,#6.1 Bet-haquérem: localidad no identificada con seguridad; algunos la sitúan en el lugar que actualmente se llama Ramat Rahel, entre Jerusalén y Belén (cf. Neh 3.14).
porque una desgracia, una gran calamidad,
amenaza desde el norte.#6.1 Desde el norte: Cf. Jer 1.14-15.
2La hija de Sión#6.2 Sión: Véase Sal 2.6 n. es como una bella pradera que será destruida,#6.2 Como una bella pradera: texto probable. Heb. oscuro.
3a donde van los pastores con sus rebaños;#6.3 Los pastores con sus rebaños son los jefes con sus ejércitos; el v. siguiente aclara que se trata de ejércitos enemigos.
acampan a su alrededor
y cada rebaño pasta por su lado.
4Sus enemigos dicen:
«¡Prepárense a pelear contra ella!
¡Vengan, ataquémosla a mediodía!
Pero, ¡qué lástima!,
ya es tarde, y las sombras se alargan.
5¡Entonces ataquémosla de noche#6.4-5 A mediodía... de noche: Los combates solían entablarse temprano en la mañana para evitar el calor del mediodía; pero los enemigos de Jerusalén estaban tan ansiosos por destruirla que se muestran dispuestos a empezar el ataque en pleno mediodía y a continuarlo en la oscuridad de la noche.
y destruyamos sus torres!»
6El Señor todopoderoso ha dado esta orden:
«¡Corten árboles y construyan una rampa
para atacar a Jerusalén!#6.6 Corten árboles: Véase Dt 20.19 n.
La ciudad está condenada al castigo,
porque está llena de opresión.
7De Jerusalén brota la maldad
como de un pozo brota el agua.
No se oye en ella más que violencia y atropellos;
no veo en ella más que heridas y dolor.
8Escarmienta, Jerusalén,
porque si no, me apartaré de ti disgustado,
te convertiré en un desierto,
te dejaré sin habitantes.»
Anuncio del castigo
9El Señor todopoderoso dice:
«A los israelitas que queden
los van a buscar y rebuscar,
como se rebusca entre las ramas de un viñedo
hasta que no queda ninguna uva.»#6.9 Sobre la imagen de la rebusca entre las ramas de un viñedo, véase Jue 8.2 n.
10Yo respondí: «¿Quién me va a oír,
si les hablo y les doy este aviso?
Tienen tapados los oídos,#6.10 Tienen tapados los oídos: Lit. tienen oídos incircuncisos. Cf. Jer 5.21. Señor,
y no pueden escuchar;
se burlan de tu palabra,
no les agrada.
11Estoy lleno de tu ira, Señor;
ya no puedo contenerla.»
El Señor me dijo:
«Derrámala sobre los muchachos en la calle,
sobre las pandillas de jóvenes.
Se llevarán presos a los maridos con sus esposas
y a los ancianos cargados de años.
12Sus casas, sus campos y sus esposas
pasarán a ser de otros.
Porque voy a levantar mi mano
para castigar a los que viven en este país.
Yo, el Señor, lo afirmo.
13»Todos, grandes y pequeños,
solo piensan en las ganancias mal habidas;
profetas y sacerdotes,
todos cometen fraudes.
14Tratan por encima las heridas de mi pueblo;
dicen que todo está bien,
cuando todo está tan mal.#Jer 8.11; Ez 13.10.
15¡Debería darles vergüenza
de hacer esas cosas que no soporto!
Pero no, no sienten vergüenza,
¡ya ni saben lo que es avergonzarse!
Por eso, cuando yo los castigue,
tropezarán y caerán como los otros.
Yo, el Señor, lo digo.»#6.12-15 Estos vv. se encuentran también en Jer 8.10-12.
Rebeldía de Israel
16El Señor dice a su pueblo:
«Párense en los caminos y miren,
pregunten por los senderos antiguos,#6.16 Los senderos antiguos: Esta expresión se refiere probablemente a los mandamientos y preceptos que Israel recibió del Señor en los comienzos de su historia (cf. Ex 19—24). Tales mandamientos le mostraban el buen camino que debía seguir para vivir en conformidad con la voluntad de Dios.
dónde está el mejor camino;
síganlo y encontrarán descanso.»#6.16 Síganlo y encontrarán descanso: Esta frase es como un esbozo de las palabras de Jesús en Mt 11.29.
Pero ellos dicen: «No, no queremos seguirlo.»
17El Señor puso centinelas,#6.17 Los profetas son como centinelas puestos por el Señor para dar la voz de alarma frente al peligro inminente. Cf. Is 21.6,11; Ez 3.17; Os 9.8. y dijo al pueblo:
«Pongan atención a la señal de alarma.»
Pero el pueblo dijo: «No queremos hacer caso.»
18Por eso dice el Señor:
«Escuchen, naciones,
sepan lo que va a pasarle a mi pueblo.
19Escucha, tierra:
Voy a traer a este pueblo una desgracia
que es consecuencia de sus planes malvados;
porque no hicieron caso de mis palabras,
sino que despreciaron mi ley.#6.19 Palabras... ley: Probablemente, las palabras son los reiterados mensajes que el Señor dirige a su pueblo por medio de los profetas (cf. Jer 25.4; 26.12; 28.8), mientras que la ley (heb. torá) se refiere concretamente a la ley de Moisés (véase Sal 1.2 nota). Así, la ley y los profetas son los instrumentos de que se vale el Señor para indicar a su pueblo el camino que debe seguir. Cf. Jer 8.8-9.
20¿Para qué me traen ustedes incienso de Sabá#6.20 Sabá: Véase 1 R 10.1-2 nota.
y plantas olorosas de países lejanos?
A mí no me agradan sus holocaustos
ni sus otros sacrificios.»
21Por eso, el Señor dice:
«Voy a hacer que este pueblo tropiece y caiga.
Padres e hijos, vecinos y amigos,
morirán por igual.»
Invasión desde el norte
22El Señor dice:
«Desde lejanas tierras del norte
se prepara a venir una nación poderosa.
23Están armados de arcos y espadas;
son crueles, no tienen compasión;
sus gritos son como el estruendo del mar,
y van montados a caballo.
Están listos para la batalla contra Sión.»#Jer 50.41-42.
24En Jerusalén la gente dice:
«Hemos oído la noticia,
y el miedo nos ha dejado sin fuerzas;
sentimos angustia y dolor,
como una mujer de parto.
25¡No salgan al campo,
no vayan por los caminos!
¡El enemigo está armado;
hay terror por todas partes!»#6.25 Sal 31.13(14); Jer 20.10; 46.5; 49.29; Lm 2.22; véase también Jer 20.3 n.
26¡Hija de mi pueblo, ponte ropas ásperas
en señal de dolor;
revuélcate en la ceniza,
ponte de luto y llora amargamente,
como cuando se muere un hijo único;
porque el que nos va a destruir
vendrá muy pronto contra nosotros!
27El Señor me dijo: «Te encargo que pongas a prueba a mi pueblo.#6.27 Heb. añade una fortaleza. Examínalo, para ver cuál es su conducta.»
28Todos ellos, Señor, son muy rebeldes;
son gente chismosa y pervertida;
no son más que bronce y hierro.
29Cuando el fuelle sopla con fuerza,
hace que el fuego derrita el plomo.
De nada sirve que a ellos se les refine,
pues los malvados no desaparecen.
30Habrá que llamarlos «plata de desecho»,
porque tú, Señor, los has desechado.

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Jeremías 6: DHH94I

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