APOCALIPSIS 2
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El mensaje a Éfeso#2.1-7 Cada uno de los siete mensajes contiene: (1) una breve caracterización de Cristo, tomada generalmente de la visión del cap. 1; (2) una alabanza a las buenas cualidades de la iglesia a la cual se dirige (excepto Laodicea); (3) una censura por sus faltas (excepto Esmirna y Filadelfia); (4) una promesa dirigida especialmente a los vencedores (véase 2.7 nota e), y (5) la fórmula: Quien tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.
1“Escribe al ángel de la iglesia de Éfeso:#2.1 Éfeso: la ciudad más importante de la provincia de Asia, y sede de la iglesia principal de la región; cf. Hch 18.19–19.41; 20.17-38, y también 1 Ti 1.3-4. ‘Esto dice el que tiene las siete estrellas en su mano derecha y anda en medio de los siete candelabros de oro:#2.1 Ap 1.13,16. Candelabros: Véase Ap 1.12 n. 2Yo sé todo lo que haces; conozco tu duro trabajo y tu constancia, y sé que no puedes soportar a los malos. También sé que has puesto a prueba a quienes dicen ser apóstoles y no lo son, y has descubierto que son mentirosos. 3Has sido constante y has sufrido mucho por mi causa, sin cansarte. 4Pero tengo una cosa contra ti: que ya no tienes el mismo amor que al principio. 5Por eso, recuerda de dónde has caído, vuélvete a Dios y haz otra vez lo que hacías al principio. Si no, iré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar, a menos que te vuelvas a Dios. 6Sin embargo, tienes a tu favor que odias los hechos de los nicolaítas,#2.6 Nicolaítas: grupo acerca del cual no tenemos noticias fuera de este cap.; véase 2.15 n. los cuales yo también odio. 7¡Quien tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias! A los vencedores#2.7 Los vencedores: Se trata de los que permanecen fieles en medio de la persecución, y que incluso al sufrir la muerte por causa de su fe, participan de la victoria de Cristo (Ap 3.21). les daré a comer del árbol de la vida,#2.7 Gn 2.9; 3.22-24; Ap 22.2,14. que está en el paraíso de Dios.’#2.7 Paraíso: o jardín. Referencia a la nueva Jerusalén de Ap 21.9–22.5.
El mensaje a Esmirna
8“Escribe también al ángel de la iglesia de Esmirna:#2.8 Esmirna: ciudad costera, hoy llamada Izmir, situada al norte de Éfeso. ‘Esto dice el primero y el último, el que murió y ha vuelto a vivir:#2.8 Ap 1.17-18. 9Yo conozco tus sufrimientos y tu pobreza, aunque en realidad eres rico.#2.9 Stg 2.5. Nótese el contraste con Ap 3.17. Y sé lo mal que hablan de ti esos que se dicen judíos pero no son otra cosa que una sinagoga de Satanás.#2.9 Teniendo en cuenta el lenguaje simbólico del libro, no es claro si se trata de verdaderos judíos o de cristianos que siguen doctrinas extrañas. 10No tengas miedo de lo que vas a sufrir; pues el diablo meterá en la cárcel a algunos de vosotros para que todos seáis puestos a prueba, y tendréis que sufrir durante diez días.#2.10 Diez días: símbolo de un periodo corto. Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la vida como premio.#2.10 Premio: lit. corona; figura tomada de las competiciones deportivas (véase 1 Co 9.25 nota r; cf. Stg 1.12). 11¡Quien tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias! Los vencedores no sufrirán ningún daño de la segunda muerte.’#2.11 La segunda muerte: la separación definitiva de Dios. Cf. Ap 20.6,14; 21.8 (cf. también Mt 10.28).
El mensaje a Pérgamo
12“Escribe también al ángel de la iglesia de Pérgamo: ‘Esto dice el que tiene la espada aguda de dos filos:#2.12 Ap 1.16. 13Yo sé que vives donde Satanás tiene su trono;#2.13 Pérgamo era famosa como centro del culto a varios dioses paganos, y especialmente al emperador romano; en el año 29 a.C. se había construido allí el primer templo en su honor. sin embargo, sigues fiel a mi causa y no renegaste de tu fe en mí#2.13 No renegaste de tu fe en mí: Probablemente algunos cristianos habían sido obligados a negar su fe bajo pena de muerte. ni siquiera en los días en que a Antipas, mi testigo#2.13 Testigo: Véase Ap 1.2 nota c. Carecemos de otros datos respecto a Antipas. fiel, lo mataron en esa ciudad donde vive Satanás. 14Pero tengo unas cuantas cosas contra ti: toleras ahí a algunos que no quieren apartarse de la enseñanza de Balaam, el que aconsejó a Balac que hiciera pecar a los israelitas#2.14 Balaam: Cf. Nm 22–24. Aquí se le menciona como culpable de la idolatría de Israel narrada en Nm 25.1-3, según tradiciones judías basadas en Nm 31.16. incitándolos a comer alimentos ofrecidos en sacrificio a los ídolos#2.14 Alimentos ofrecidos... a los ídolos: Cf. 1 Co 8.7-13; 10.20-21. y a entregarse a la prostitución.#2.14 Prostitución: Con este término se refiere el Apocalipsis a la infidelidad respecto del verdadero Dios, como lo hace co frecuencia en la Biblia: Ex 34.15-16; Is 1.21; Ez 16; 23; Os 1.2; Ap 17. 15También tienes ahí algunos que no quieren apartarse de la enseñanza de los nicolaítas.#2.15 Nicolaítas: Véase 2.6 n.; probablemente los mismos que practicaban la enseñanza de Balaam mencionada en el v. 14; véanse 2.14 nota r y 2.20 n. El nombre griego Nikolaos podía entenderse como traducción de Balaam, “devorador del pueblo”. 16Vuélvete, pues, a Dios; de lo contrario, iré pronto a ti y con la espada que sale de mi boca pelearé contra ellos. 17¡Quien tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias! A los vencedores les daré a comer del maná#2.17 Maná: Ex 16.14-35. El maná fue descrito a veces como alimento celestial: Sal 78.25; Sab 16.20. Cf. Jn 6.48-50. escondido; y les daré también una piedrecita blanca#2.17 Una piedrecita blanca: El color blanco es símbolo de pertenencia a Dios. La piedra es como una credencial de esta pertenencia. en la que está escrito un nombre nuevo#2.17 Un nombre nuevo: Cf. Is 62.2; 65.15. que nadie conoce sino solo aquel que lo recibe.’
El mensaje a Tiatira
18“Escribe también al ángel de la iglesia de Tiatira:#2.18 Tiatira: ciudad situada al sudeste de Pérgamo y conocida por su comercio (cf. Hch 16.14). ‘Esto dice el Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llamas de fuego y los pies como bronce bruñido:#2.18 Ap 1.14-15. 19Yo sé todo lo que haces; conozco tu amor, tu fe,#2.19 Tu fe: o tu fidelidad. tu servicio y tu constancia, y sé que ahora estás haciendo más que al principio. 20Pero tengo una cosa contra ti: toleras a esa mujer, Jezabel,#2.20 Jezabel: nombre de la esposa del rey Ahab, que fomentó la idolatría en Israel (1 R 16.31-33); aquí aparece en sentido simbólico. que dice hablar de parte de Dios pero engaña con su enseñanza a mis siervos, incitándolos a entregarse a la prostitución y a comer alimentos ofrecidos en sacrificio a los ídolos. 21Yo le he dado tiempo para que se vuelva a Dios, pero no ha querido hacerlo ni ha abandonado su prostitución.#2.21 La prostitución de la reina Jezabel consistía en mezclar la religión de Israel con el culto a Baal (2 R 9.22). 22-23Por eso, voy a hacerla caer en cama y mataré a sus hijos. Y a los que con ella cometen adulterio,#2.22-23 Sus hijos... los que con ella cometen adulterio: esto es, aquellos que siguen su enseñanza. si no dejan de portarse como ella, les enviaré grandes sufrimientos. Así todas las iglesias se darán cuenta de que yo conozco hasta el fondo la mente y el corazón,#2.22-23 Sal 7.9; Jer 17.10. y a cada uno de vosotros le daré según sus hechos.#2.22-23 Sal 62.11-12; Pr 24.12; Ez 18.30; 33.20; Mt 16.27. 24En cuanto a vosotros, los que vivís en Tiatira pero no habéis seguido esa enseñanza ni habéis llegado a conocer lo que ellos llaman los secretos profundos de Satanás,#2.24 Los secretos profundos de Satanás: conocimientos ocultos, comunicados únicamente a los adeptos del grupo que seguía tal enseñanza. Nótese el contraste con 1 Co 2.10. os digo que no os impongo otra carga. 25Pero conservad lo que tenéis, hasta que yo venga. 26A los vencedores y a los que hasta el fin sigan haciendo lo que yo quiero que se haga, les daré autoridad sobre las naciones, 27-28así como mi Padre me ha dado autoridad a mí. Gobernarán a las naciones con cetro de hierro y las harán pedazos como a ollas de barro.#2.26-28 Sal 2.8-9; cita que se aplica a Cristo (véase Ap 12.5 n.). También les daré la estrella de la mañana.#2.27-28 La estrella de la mañana: expresión aplicada en Ap 22.16 a Cristo mismo. El vencedor participa de los atributos de Cristo. 29¡Quien tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias!’
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