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Nuestra Eternidad Segura

36天中的第10天

Semana 2 - Día 3

Lectura: Juan 4:1–42

DEVOCIONAL: Juan 4:13–14

"Jesús le contestó: —Cualquiera que beba de esta agua volverá a tener sed, mas el que beba del agua que yo le daré no tendrá sed jamás: esa agua será en él una fuente de agua que fluya para vida eterna."

Los judíos y los samaritanos no se querían entre sí. Los samaritanos eran descendientes de la nación de Israel y exiliados del imperio asirio. Los judíos eran descendientes de la nación de Judá llevados cautivos a Babilonia. Los judíos veían a los samaritanos como menos porque eran descendientes de los israelitas que se habían casado con exiliados extranjeros. Las tensiones entre los grupos continuaron aumentando y los grupos rara vez interactuaban. Normalmente, cuando los judíos viajaban desde Jerusalén en el sur hasta Galilea en el norte, evitaban Samaria por completo, aunque la ruta era más larga. La decisión de Jesús de viajar por Samaria nos muestra que Su mensaje no era solo para los judíos, sino para todo el mundo.

La mujer que Jesús conoció en el pozo estaba en una situación desesperada, necesitaba perdón, protección y cuidado. Cuando Jesús le habló sobre sus cinco esposos anteriores y la situación actual en la que ella vivía, el estar con un hombre que no era su esposo, destacó la necesidad de ella de estar libre del pecado, de la verdadera restauración y el amor incondicional.

Jesús vino a salvar y mostrar el cuidado a mujeres y hombres como esta mujer. Ella estaba atrapada en el pecado, como todos nosotros, desesperada por sanidad, perdón y atención. Las mujeres en el Israel del siglo I no podían mantenerse por sí mismas; dependían de un marido para satisfacer sus necesidades. Esta mujer necesitaba ser salvada tanto de su pecado como de su desesperada necesidad de provisión. Jesús intervino, dispuesto a salvarla y ofrecerle perdón y vida verdadera en Él.

Ella llegó al pozo en busca de agua, la fuente de vida. Cuando se encontró con Jesús, Él le ofreció la vida eterna. De la misma manera que el agua es fuente de vida, el Espíritu es fuente de vida. Sin embargo, el Espíritu ofrece vida eterna, algo que el agua no puede proporcionar. Cuando la mujer estaba en una necesidad desesperada, Jesús le ofreció todo lo que ella necesitaría: Él mismo. Solo Él puede ofrecernos la vida eterna, porque es el Hijo de Dios y el único camino a la vida eterna.

Jesús le explicó claramente a la mujer que Él es el Mesías. La mujer le creyó. Ella aceptó Su regalo de agua viva y les contó a todos en su pueblo lo que había visto. Cuando creemos en Jesús por quien Él es, nuestro testimonio desbordará hacia todos los que nos encontremos.

读经计划介绍

Nuestra Eternidad Segura

A través de la lectura del Evangelio de Juan podemos saber qué significa tener fe en Jesús y qué significa tener la vida eterna. Su propósito y mensaje son claros. Podemos leer el testimonio de Juan sobre Jesús sabiendo que no quiere engañarnos, sino ofrecernos la esperanza y la paz que solo proviene de Jesús. Nuestra Eternidad Segura profundizará tu comprensión de quién es Jesús.

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