Abrumada por mis benediciones (Parte 4)Egzanp

PRESIÓN

Hace un tiempo fui con mis cuatro nietos más jóvenes, de entre las edades de 5 - 10 años, a un restaurante con autoservicio. ¡Fue una cita con Mimi! En ese día soleado, nos sentamos afuera mientras ellos disfrutaban sus granizados. Las conversaciones cambiaron rápidamente a bromas sobre pedos, porque...bueno son niños.

Para bajarles un poco la energía debido al azúcar, encontramos una larga acera y la usamos para inventar juegos, que naturalmente luego se convirtieron en competencias. El área tenía un poco de basura y uno de mis nietos pisoteó una caja de jugo usada. A la misma vez, otro de mis nietos corrió justo en el preciso momento en el cual recibió el rocío del jugo viejo sobre su pie. De inmediato le siguieron risas desenfrenadas.

La presión siempre saca lo que está adentro. 

Para nosotras, la presión puede venir por los muchos compromisos. A veces, son simplemente las tareas regulares y abrumadoras, y las relaciones familiares que a veces parecen ser más de lo que podemos soportar. La presión de poder hacerlo todo. De llegar al trabajo a tiempo con una buena actitud. ¡De servir la comida tres veces al día! La constante de mantener la ropa, los baños y el piso limpio. Lidiar con berrinches de niños pequeños o actitudes de un adolescente. Ser receptivas a la intimidad con nuestro esposo.

Cuando la presión llega, sea lo que sea que esté dentro sale hacia afuera, contaminando a los que están a nuestro alrededor. El contenido de nuestros corazones es expuesto, y no es algo encantador.

Ahora, antes de que empieces a sentir culpa, vamos a hablar de esto. Está a la luz para que todos lo vean, ahora ¿qué vas a hacer con eso? Volver a guardarlo y esperar por otro momento de presión para que vuelva a exponerlo? O ¿reconocerás el pecado, nombrandolo por lo que realmente es: orgullo, miedo o control? ¿Permitirás que la luz de Su presencia ilumine tu corazón?

Esto es una oportunidad. ¿La dejarás perder? Confiesa el pecado que sale de ti y muévete hacia adelante. La próxima vez que la presión vuelva estarás en guardia. ¡Ningún jugo viejo ni maloliente gobernará tu corazón!

Padre, mi vida está llena de presiones. A veces, una cosa que se añade a mi día ya completamente lleno me lleva a explotar, y el resultado no es bonito. Confieso este pecado en mi corazón, y te pido que me des el coraje y la valentía para permitir que seas Tú quien guíe mi corazón con Tu amor. Se que algunas de mis presiones son autoinfligidas así que te pido que Tu me reveles las áreas que puedo eliminar para aliviar mi carga. Dame el coraje para escoger lo significante de lo urgente, lo eterno de lo pasajero. Ayúdame a tenerte en mi, reconociendo que esto es solo una oportunidad más para escogerte a Ti.

Considera leer estas escrituras del Mensaje.