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ESPIRITU SANTO 

¿Alguna vez has hecho alguna mudanza y al pasar las horas ya estás cansado y te das cuenta que aún te queda mucho? Pero justo en ese momento ¡llega el amigo que había prometido venir a ayudarte! ¿Cuál es tu reacción? ¿Cómo te sientes? Seguramente sientes alivio e incluso tomas un nuevo impulso para seguir adelante.

En ocasiones, al vivir la vida cristiana comenzamos con mucho ánimo, pero al enfrentar las circunstancias de cada día nuestro ánimo va disminuyendo poco a poco y nos cuesta mucho trabajo seguir hacia adelante. Dios había previsto esto y por eso nos dejó al Espíritu Santo. Jesús, en los últimos días de su paso por este mundo les dijo a sus discípulos “Ahora enviaré al Espíritu Santo, tal como prometió mi Padre; pero quedaos aquí en la ciudad hasta que el Espíritu Santo venga y os llene con poder del cielo”. (Lucas 24:49) 

Y efectivamente, la Biblia dice que unos días después llegó el Espíritu Santo y todos los creyentes reunidos en ese lugar fueron llenos de valentía y coraje facultándolos a vivir una vida cristiana más efectiva. Ese mismo Espíritu Santo también es para nosotros. Contamos con su poder para vivir la vida cristiana y enfrentar las circunstancias de cada día con la seguridad de que el poder del cielo está con nosotros.

¿Sabías que el Espíritu Santo te da fortaleza para enfrentar tus problemas cotidianos? 

¿Cuál es tu experiencia con el Espíritu Santo?  

Gracias Señor por cumplir tu promesa y darnos el Espíritu Santo, porque nos da fortaleza y poder para vivir una vida ejemplar y desarrollar un ministerio dinámico y efectivo como el de Jesús.