Oswald Chambers: Esperanza- Una promesa santa Muestra

Nada es tan desastrosamente enervante como la desilusión. Preferimos nuestras ficciones e historias de hadas sobre nosotros mismos, a la dura comprensión de lo que realmente somos a los ojos de Dios. En la vida espiritual, la desilusión generalmente viene en relación con otras personas. Para Ezequiel, la desilusión vino en conexión con la vida nacional y en relación con Dios: la gente comenzó a darse cuenta de que Dios no era lo que en vano esperaban que fuera.

La forma en que actuamos cuando nos enfrentamos a las cosas demuestra si nos hemos desilusionado o no; ¿Confiamos en nuestro ingenio o adoramos a Dios? Si confiamos en nuestro ingenio, Dios tendrá que repetir la misma lección hasta que la aprendamos. Cuando nuestra fe no está en Dios, y solo en Él, todavía hay una ilusión en alguna parte.

Preguntas de reflexión: ¿Tengo esperanza en quién es Dios o en quién quiero que sea? ¿Qué ilusiones prefiero sobre la realidad?

citas tomadas de Notes on Ezekiel y The Place of Help, © Discovery House Publishers