No Tengas Miedo: Devociones del Ministerio Tiempo de GraciaMuestra

Tengo miedo de llegar a ser viejo e inútil

En el famoso discurso de Jaques “todo el mundo es un escenario”, en Como le Guste a Usted, de Shakespeare, el autor describe con malicia las etapas de la vida humana; hace que la fase final de la vida se vea muy deprimente: “La última de todas las escenas, que le pone fin a esta extraña historia llena de acontecimientos, es segunda infancia y simple olvido, sin dientes, sin ojos, sin gusto, sin todo”.

La audiencia ríe, pero es una risa nerviosa. Tenemos el temor de que lo que está diciendo Jaques sea completamente cierto; tenemos el temor de perder la visión, la movilidad, la independencia para ir al baño, y la dignidad. Tememos el temor de llegar a depender de otras personas para hacer cosas que siempre hemos hecho por nosotros mismos. Tenemos la tristeza de que nos dejen a un lado del camino mientras continúa el desfile sin nosotros.

Salomón presenta un panorama similarmente sombrío de lo que le hace la ancianidad al cuerpo; lo hace mediante insólitas metáforas para referirse a los músculos, los ojos, los oídos y los dientes: “Hazlo ahora, cuando aún no se apaga la luz del sol, de la luna y de las estrellas . . . Llegará un día en que tiemblen los guardianes del palacio y se doblen los valientes; quedarán tan pocas molineras, que dejarán de moler; las que miran por las ventanas, comenzarán a perder la vista. Cuando llegue ese día, se cerrarán las puertas que dan a la calle; el ruido del molino se irá apagando; las aves dejarán oír su canto, pero las canciones dejarán de oírse” (Eclesiastés 12:2-4).

Señor, ¿qué voy a hacer cuando llegue a viejo? ¿Habrá todavía algo que yo pueda hacer?