Mujer, Abraza Cada Etapa Con Gozo Y GratitudMuestra

Pasar por ciertas etapas biológicas de nuestra vida implica tener altos y bajos que no quisiéramos experimentar, implica cambios de ánimo que necesitamos aprender a manejar para no afectarnos a nosotras mismas y a quienes nos rodean; implica control en nuestros pensamientos con la ayuda de la Palabra del Señor para no tomar las vías extremas, y mantenernos en el equilibrio que da el Espíritu Santo.

Y no solo se trata de cambios de ánimo, sino de cambios que están pasando frente a nuestro espejo y que debemos aceptarlos con alegría y gratitud, sin llegar al descuido personal, mental o espiritual. Informarnos es importante; desaprender malos hábitos y aprender nuevos y buenos, es importante; esforzarnos, ser valientes y diligentes es importante como también necesario.

Belleza de mujer, el Señor te creó tal como eres, ni más ni menos, con la medida perfecta… Con todo y lo que has vivido, aun con cualquiera mala decisión, el Señor está interesado en ti… Te ama y quiere caminar a tu lado en cada paso que tengas que dar.

Lo he comprobado… y yo no podría dar un paso sin Él. Me encanta imaginarme siempre recostada sobre Su pecho… que ya sea que me sienta alegre, frustrada, triste, molesta, con un gran signo de interrogación sobre mi cabeza, confundida o saltando de felicidad… tener la seguridad de que puedo hablarle con honestidad y que siempre, siempre voy a recibir una respuesta, aunque esa respuesta sea a veces el silencio (es decir, aparentemente no pasa nada pero con la certeza de que sí). Porque he aprendido y sigo aprendiendo a conocerlo en la intimidad de la oración y Su Palabra, y eso hace que mis pasos sean seguros y firmes, eso hace que me sepa (no solo me sienta) estable en Él, independientemente de las etapas o cambios.

Sea que estés comenzando con todas esas energías imparables de la adolescencia, o en esa inquietante juventud con la que quisieras comerte el mundo, o en esa abrumadora vida adulta donde más bien quieres huir de este mundo, o en esa montaña rusa de la edad madura, o en la serena y tal vez achacosa vejez… ¡Dios está contigo! ¡No dejes de sonreír!

Cada etapa biológica que vivimos como mujeres, es el resultado del tiempo corriendo por nuestra piel, por nuestra sangre, por nuestro cuerpo… Y eso también es florecer… Eso también es el arte de Dios, con el que nos va preparando para una bella eternidad con Él, donde ya no nos preocuparán los problemas hormonales, los muchos o pocos estrógenos, los días dificiles, o las enfermedades!

Mientras tanto, ¡abracemos cada etapa con gozo y gratitud!