Mujer, Abraza Cada Etapa Con Gozo Y GratitudMuestra

La niña estaba agonizando cuando Jairo salió para suplicar al Señor Jesús que fuese a sanar a su hija. Sin embargo, el Señor no salió apresurado, y se tomó el tiempo con esta mujer que se “cruzó” en su camino.

Me encanta la manera tan particular en que el Señor enriquecía el alma de las personas, y en este caso de la niña y la mujer.

También me enamora Su buen humor…Sus propósitos… ¿Acaso Él no sabía quién había tocado el borde de Su manto? ¿Entonces por qué preguntó quién lo había tocado? Los mismos discípulos le dijeron que era tanta la multitud que lo apretaba que por qué preguntaba eso. Él quería que la mujer venciera su temor y glorificara el nombre de Dios delante de la multitud a causa del milagro que acababa de experimentar.

La mujer temerosa y temblando se postró y confesó lo que había acontecido en ella. Y veamos con qué amor, nuestro precioso Señor le responde: “Hija, tu fe te ha sanado; ve en paz”. Eso de “Hija”, ay no… ¡a mí me derrite! Me imagino al Señor extendiéndole Su mano y levantándola… o le puso Su mano sobre la cabeza y le dijo esas palabras en tono suave y amoroso. ¡Wow!

Te invito a pensar en que esa mujer no volvió a ser la misma. No solamente porque fue sanada después de 12 años con esa enfermedad, sino por el encuentro que tuvo con el Señor Jesucristo. ¡Literalmente tuvo que ser el mejor día de su vida! ¡Una fecha, un suceso, una persona que marcó su vida para siempre!

Viene a mi mente el versículo que dice que Él es el mismo de ayer, hoy y siempre... Entonces… no solo me lo imagino, sé que es así… con ese mismo amor, con esa voz bella y dulce, con esa mano suave y fuerte a la vez… Se sigue dirigiendo a cada una de nosotras en la actualidad, en el presente, el día de HOY!

¡No debes sentirte como que nadie te ama, porque el SEÑOR TE AMA MÁS QUE NADIE! ¡Acércate a Él con plena confianza, sin temor! ¡Recuerda que no hay nada que te pueda separar del amor de Dios, nada! ¡Créelo porque Él te lo dice: “¡Hija, tu fe te ha sanado; ve en PAZ!”… Respira profundo… ¡Avanza, sin prisa y con calma… Sin prisa y con toda el alma!

Es mi oración que en medio de cualquier multitud de emociones, tú salgas al paso a encontrarte con el Señor cada día, pues en Su presencia hay plenitud de gozo!