Preparándome para el Año Nuevo

El pasado diciembre, empecé a reflexionar sobre el año que había pasado, mucho antes de lo habitual. Cuando empecé a pensar en el 2024, me di cuenta de que no había cumplido ni uno solo de los objetivos que me había marcado a principios de año. Afortunadamente, como mi identidad está arraigada en Cristo, no tropecé y caí en una espiral de autodesprecio y depresión antes de Navidad. En cambio, tuve dos respuestas mentales. En primer lugar, a pesar de no haber logrado lo que quería hacer ese año, seguía estando agradecida por lo que el Señor había hecho a través de mí. Había estado en lugares nuevos, había establecido contactos fantásticos y había sembrado semillas en varias iniciativas que creo que florecerán maravillosamente en los próximos años.

Mi segunda reacción fue preguntarme por qué no había alcanzado mis objetivos. A medida que seguía reflexionando más profundamente, llegué a dos conclusiones. Una: podría ser un caso de objetivo correcto, momento incorrecto, u objetivo incorrecto, seguir adelante. ¿Quizás mis objetivos eran los correctos, pero para una temporada diferente? O tal vez eran los objetivos incorrectos porque eran mis objetivos y no los del Señor, mi voluntad y no la suya. O dos (y lo que creo que es más probable), estaba distraída y no tan concentrada como debería haber estado. Creo que me habían distraído en un montón de cosas, entre ellas (pero sin limitarse a ellas) mis sentimientos, las noticias, mis amigos, los chismes, mis pensamientos, los fracasos de la Iglesia, la política, mi situación sentimental, mis finanzas, las redes sociales, las plataformas de streaming, las nuevas ideas y oportunidades, ¡por nombrar solo algunas!

Me tomé un tiempo para descansar y reflexionar, y me hice dos preguntas: ¿qué haría de manera diferente el año que viene? ¿Y cómo superaría las distracciones? Durante ese período de reflexión, creo que el Espíritu Santo me llevó a dos libros: How to Pray (Cómo orar) de Pete Greig y Redeeming Your Time (Redimiendo tu tiempo) de Jordan Raynor, que a su vez me llevaron a los pasajes de las Escrituras de hoy.

Para superar mis distracciones en el nuevo año, creo que el Señor me estaba animando suavemente a desarrollar mejores ritmos de oración que, a su vez, me ayudarían a redimir mi tiempo. ¿Por qué? Porque, tal como les dijo a los discípulos en el huerto, aunque nuestro espíritu esté dispuesto, nuestra carne (nuestro cuerpo) es completa, absoluta y totalmente débil.

Mateo 26:41 - Velen y oren para que no cedan ante la tentación, porque el espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil. (NTV)

Preguntas para reflexionar: ¿He dedicado tiempo a reflexionar sobre el año pasado? ¿Qué creo que me está diciendo el Señor sobre el año? ¿Qué debo celebrar? ¿En qué aspectos puedo mejorar en el nuevo año? ¿Qué distracciones puedo eliminar para ayudarme a cumplir mi llamado? ¿Qué nuevos ritmos de oración puedo implementar en el nuevo año?

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