Bienaventurados en las pruebasMuestra

Nuestra fe necesita ser probada

1 Pedro 1: 6-7 –Así que alégrense de verdad. Les espera una alegría inmensa, aunque tienen que soportar muchas pruebas por un tiempo breve. 7 Estas pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo.

Si pensamos en la fe como un metal o una piedra preciosa aunque mucho más valiosa que esta, tendríamos que pensar en el fuego purificador por cuál debe ser forjada para ser mucho más preciosa, si pensamos en la fe como un músculo de nuestro cuerpo tendríamos que pensar en el crecimiento que se produce cuando es llevado a la fatiga y el fallo muscular para fortalecerse, y si pensamos en la fe como el escudo de nuestra armadura, necesariamente pensamos en las flechas encendidas del diablo, las cuales solo podemos apagar con una Fe probada.

Nuestro Padre está tan comprometido con nuestra vida espiritual que no evitará los sufrimientos con tal de purificarnos y embellecer nuestra Fe. Es justo en las dificultades propias de este siglo que la fe es probada… pensemos en una vida cómoda y sin desafíos, ¿Cómo podría mi fe crecer? La prueba nos hace tanto bien en términos espirituales, porque una Fe fortalecida nos protege y nos llevará firmes hacia nuestra herencia eterna, esto quiere decir que cuando la maldad aumente, el amor de muchos se enfrié, seas rechazado y te insulten por creer en Dios, solo la Fe previamente purificada por el fuego de la prueba te protegerá hasta el fin.

1 Pedro 1:5 - Esta herencia está reservada en el cielo para ustedes, quienes mediante la fe son protegidos por el poder de Dios hasta la venida de la salvación que está preparada para ser revelada en el tiempo final.

Sin embargo es importante definir cómo crece la fe en medio de las pruebas, porque la Fe no es negar el sufrimiento, ni es la ausencia de dolor. La fe actúa cuando eliges clamar y derramar el corazón en nuestro Dios. La fe crece cuando sin entender el porqué de lo que vives, eliges confiar en el carácter de Dios y alabar cada uno de sus beneficios en nuestra vida. La fe se fortalece cuando libras la batalla de creer en Dios aunque tus sentimientos griten lo contrario, cuando eliges confiar en su palabra por encima de la realidad que estés viviendo. Es cuando dejas de preguntar el por qué y te abandonas al plan de Dios.

Esto solo es posible de una manera, fijando nuestra mirada en el Autor y Consumador de nuestra Fe. Una fe que persevera en la aflicción necesita un ancla para no desvanecerse, está ancla la seguridad que solo Jesucristo nos puede dar, es el carácter de Dios, sobre el cual podemos confiar en que lo que Él dijo lo cumplirá, que Sus Promesas son realidades dispuestas para sus hijos. Es en medio de las pruebas, que quitas tu vista de lo temporal, y elevas tu mirada a lo eterno, es la búsqueda de lo celestial y fortalecer tu esperanza en lo que no se ve.

Hebreos 6: 18 - Hay dos cosas imposibles: que Dios mienta y que no cumpla lo que promete. Esas dos cosas nos dan confianza a los que nos hemos refugiado en él. Nos fortalecen para continuar en la esperanza que Dios nos da. 19 Tenemos esa esperanza tan fuerte y segura como un ancla que nos sostiene.

En este día te invito a memorizar 1 Pedro 1:7 y a orar conmigo:

Señor aumenta mi fe, cuando siento que es pequeña y que no puedo te busco, clamo a ti para que abras mis ojos a tus realidades eternas. Señor ancla mi fe a ti y a tu gran Poder sobre mi vida, confío en que hay mucho bien cuando soy probado, porque mi fe es purificada y la imagen de tu Hijo crece en mí. Amén.