Sin proceso no hay propósitoMuestra

Dios te equipa para tu propósito – Día 3

Dios nunca te llama a algo sin haberte equipado antes. Desde el momento en que te formó, puso en ti dones y capacidades necesarias para cumplir su propósito.

Jeremías 1:5 (RV1960) dice: “Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué; te di por profeta a las naciones.”
Y 2 Timoteo 1:9 (RV1960) afirma: “Él nos ha salvado y nos ha llamado con un llamamiento santo… según su propósito y gracia, que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos.”

Tal vez piensas que no tienes lo suficiente, pero Dios ya puso dentro de ti lo necesario. El problema es que muchas veces comparamos nuestro equipamiento con el de otros. Pero tu propósito no necesita lo que Dios le dio a otro, sino lo que Dios depositó en ti.

En la vida cotidiana, esto es como intentar usar la contraseña de otra persona para acceder a tu cuenta: nunca va a funcionar. Tu propósito está ligado a lo que Dios ya te dio, no a lo que ves en otros.

Habla con Dios y abre tu corazón:
Señor, gracias porque me formaste con lo necesario para tu propósito. Quiero dejar de compararme y comenzar a valorar lo que pusiste en mí. Usa mis dones y talentos para tu gloria. Amén.

Te invito a pensar en lo siguiente:
¿Qué dones y capacidades reconoces que Dios puso en ti?
¿Cómo puedes ponerlos en acción para el propósito de Dios y no solo para tus planes?

Próximamente en el día 4: El amor de Dios en medio del proceso
Mañana descubriremos que el amor de Dios no es un premio al final, sino la fuerza que nos sostiene en cada etapa del proceso.