Una Navidad DistintaMuestra

Un viaje y un nacimiento

María y José tuvieron que hacer un largo viaje a una ciudad llamada Belén porque el rey pidió que todos se registraran; caminaron cansados, pero confiando en Dios y al llegar no encontraron una casa libre, solo un establo con animales y un pesebre; allí entre el calor de los animales y el amor de sus padres, ¡nació Jesús! Un niño humilde y precioso que vino para darnos paz y cariño. Imagina las estrellas arriba, el sonido de las ovejas y la ternura de una madre cuidando a su bebé; ese momento sencillo se volvió la noticia más grande.

A veces las cosas no salen como las imaginamos y eso está bien porque el amor puede aparecer en los lugares más simples; tú puedes aprender a mirar con ternura lo que tienes y ayudar a otros cuando las cosas son difíciles; una palabra amable, un abrazo o compartir tu merienda pueden convertir un lugar pequeño en un hogar cálido y valioso. Cuando veas luces o pesebres en la Navidad, recuerda que lo importante no es tener todo perfecto sino dar amor y cuidar a las personas; tú también puedes traer ternura donde todo parece frío.

Guarda esta historia en tu corazón y cuéntala con alegría a tu familia; cada vez que pases por un pesebre recuerda al niño nacido en sencillez y pregunta cómo puedes mostrar cariño hoy; ser amable hace que la Navidad tenga sentido todos los días y convierte pequeños gestos en grandes regalos para los demás.

Oración final: Señor, gracias porque cuidaste a María y a José y por el niño que nació en el pesebre; ayúdame a dar amor y a ver la belleza en las cosas sencillas; amén.

Preguntas:

• ¿Qué harías si tuvieras que dormir en un lugar sencillo como un establo?
• ¿Cómo puedes hacer que un lugar pequeño se sienta más cómodo para alguien?
• ¿Quién necesita hoy un acto de cariño que tú puedas dar?