Una Navidad DistintaMuestra

La promesa de un niño

Había personas que vivían esperando una gran noticia porque Dios había prometido que vendría un niño muy especial que traería paz y alegría para todos; las familias hablaban de esa promesa junto al fuego, los abuelos contaban historias y los niños imaginaban un bebé que haría que todo cambiara; ¡imagínate estar esperando algo tan bonito que te hace sonreír todos los días! La promesa era como una semilla que la gente cuidaba en su corazón y regaba con esperanza hasta que, en el tiempo que Dios quiso, la promesa floreció y nació el niño que trajo luz y calma al mundo.

Cuando alguien te promete algo bonito, tu corazón se llena de alegría y tú también puedes ser una promesa para los demás con una sonrisa, con ayuda o con un abrazo; las promesas pequeñas importan mucho porque muestran amor y cuando cumples una buena acción haces que la promesa de Dios se vea en la vida de todos. Piensa en una cosa pequeña que puedas hacer hoy para que alguien se sienta querido, eso también es compartir la promesa.

Guarda esta historia en tu corazón y comparte la alegría con tu familia; deja que la esperanza crezca en ti como una semilla que se vuelve árbol; recuerda que la Navidad celebra que Dios vino a estar con nosotros y que tú puedes llevar esa luz donde vayas.

Oración final: Señor, gracias por la promesa que nos diste; ayúdame a guardar la esperanza en mi corazón y a cumplir pequeñas promesas con amor; amén.

Preguntas:

• ¿Qué promesa pequeñita puedes hacer hoy para alguien de tu casa?
• ¿Cómo te hace sentir saber que Dios cumplió una promesa?
• ¿Puedes contar una historia corta sobre algo que esperaste y que luego pasó?

Te invito a escuchar esta maravillosa canción “Jesús es Navidad” del grupo “Pequeños Héroes”: https://youtu.be/DiSQ3pKsH0I?si=iT9Tvmm0kADg6M0L