Cuando La Lucha Está DentroMuestra

Pides, pero no recibes... ¿por qué?
“Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” (Santiago 4:3 RVR1960).
Dios no respalda la oración egoísta.
Santiago señala un problema en la vida de oración: no es que Dios no escuche, es que a veces pedimos con motivaciones torcidas.
No todo lo que se ora, agrada a Dios. ¿Qué pasa cuando oramos solo desde el ego? “Señor, dame éxito, poder, reconocimiento, pero sin cambiar mi corazón”.
El texto nos confronta: a veces pedimos mal porque lo que buscamos no es el Reino, sino nuestros deleites. Oramos para reforzar el ego, no para glorificar a Dios.
Este no es un llamado a dejar de pedir, sino a revisar por qué pedimos lo que pedimos. La oración efectiva nace de un corazón alineado con la voluntad de Dios.
Cuando la motivación es pura, la oración se vuelve poderosa. Cuando es egoísta, pierde fuerza y propósito.
Dios quiere bendecirnos, pero no alimentará aquello que nos aleja de Él. Pide con fe, sí, pero también con humildad y propósito eterno.
¿Estoy orando desde la rendición o desde la ambición personal?
Escrituras
Acerca de este Plan

Santiago 4:1-6, con su estilo directo, nos lleva al corazón de los conflictos humanos: no solo lo que pasa afuera, sino lo que arde adentro. En este pasaje, nos confronta con una verdad incómoda: muchas batallas externas nacen de guerras internas. La ambición, la codicia y la autosuficiencia nos alejan de Dios. Pero también nos revela el camino de regreso: la humildad. Este devocional nos guía a mirar dentro, rendirnos y volver al favor de Dios.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: leadershiftglobal.com
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