Hijos De La Luz VerdaderaMuestra

Un testigo levantado por Dios

“Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él” (Juan 1:6-7 RVR1960).

Dios levanta testigos para señalar a Cristo, no para sustituirlo.

Juan el Bautista tenía un rol crucial en la historia de la salvación: ser la voz que prepara el camino y el dedo que señala al Cordero de Dios. No era la luz, pero su vida y ministerio apuntaban a ella. La grandeza de Juan estuvo en su fidelidad, no en su protagonismo.

Así también nosotros estamos llamados a reflejar la luz de Cristo en un mundo en tinieblas, a través de nuestro mensaje y testimonio. No somos la fuente, pero sí portadores de un testimonio que puede guiar a otros hacia Cristo. El peligro radica en querer brillar con luz propia en lugar de redirigir las miradas hacia el Señor. Juan el Bautista entendió que él era solo un canal hacia Cristo. Sus palabras lo demuestran: Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe (Juan 3:30)

¿Estoy viviendo de manera que mi vida señale con claridad a Cristo, o me esfuerzo por ser el centro de atención?